Nuestro universo pudo haber comenzado no en una gran explosión, como se dice, sino en un «gran rebote», como algunos apuntan últimamente, una implosión que dio paso a una explosión, todo ello ocasionado por exóticos efectos cuánticos y gravitatorios.
La teoría de la relatividad de Einstein, viene a decir que el universo se inició debido a una gran explosión, y que en ese momento, toda la materia que hoy forma el cosmos estaba concentrada en un punto que soportaba una densidad infinita.
Sin embargo, la teoría de Einstein parece que no tiene en cuenta esa estructura delgada, cuántica, del espacio-tiempo, que limita el grado en el que puede estar concentrada la materia y la intensidad de la gravedad. Por ello, para saber con certeza qué ocurrió, necesitamos una teoría cuántica de la gravedad.
Son varias la teorías que se han propuesto. Una de ellas, la llamada «gravedad cuántica de bucles», indica que el espacio está dividido en «átomos» de volumen, y que tiene una capacidad de almacenamiento, en cuanto a materia y energía, limitadas, finitas, lo que impide que exista cualquier singularidad.
Si esto es así, el tiempo podría haber existido antes de la gran explosión, y el universo anterior quizá sufriese una implosión enorme, de dimensiones catastróficas, que alcanzó un punto de densidad máxima, para con posterioridad reconvertirse, como si fuera un «gran rebote».
En la actualidad, los átomos representan una idea muy común, pero, justamente por eso, resulta muy difícil imaginar lo diferentes, o lo extraños que podían parecer en aquel lejano momento.
Cuando se enunció la hipótesis de los átomos, no se llegó a pensar que se pudiera observar algo así, tan etéreo, tan diminuto; y muchos cuestionaron si en verdad podía considerarse que fuera científico aquel concepto de átomo; pero las pruebas de su existencia se fueron poco a poco destapando, y el punto de inflexión llegó en 1905, con el análisis que hizo Einstein del vaivén aleatorio de las partículas de polvo en un fluido. Sin embargo, hasta 20 años más tarde no se pudo contar con una teoría que explicara los átomos (la mecánica cuántica); y se necesitaron 30 años más para que Erwin Müller pudiera sacar las primeras imágenes microscópicas, algo que en la actualidad utilizan muchas industrias, que dependen de las peculiaridades de la materia atómica.
Los físicos tienen un conocimiento del espacio y del tiempo que siempre va un poco por detrás. Los materiales se comportan de una manera que nos hace ver que están formados por átomos. De la misma forma el tiempo y el espacio se comportan como si tuviesen una estructura muy fina, un organismo de átomos, y así, si los átomos son la parte más diminuta de la materia, la que es indivisible, los supuestos átomos del espacio serían las unidades indivisibles de la distancia; pero todo esto hace que muchos se pregunten si se puede considerar científico el concepto de espacio-tiempo. Tendremos que preguntárselo a los que más entienden, o a los que vengan detrás de nosotros, en las próximas generaciones.