Recta final

Viernes, 16 Diciembre 2022 21:08

Queda medio mes para terminar este 2022. Con el nuevo año que tenemos ya encima, el 2023, afrontamos la recta final de esta accidentada legislatura municipal. El próximo 28 de mayo, que está a la vuelta de la esquina, habrá elecciones locales y autonómicas. Faltan escasamente cinco meses para ir a votar y, poco a poco, se van despejando los interrogantes.

Darío Moreno será el cabeza de lista del PSOE. Es lógico, cuando no lo conocía nadie, en las elecciones de 2019, sacó dos concejales más de lo que se preveía. Es verdad que el Partido Socialista, con tres ediles en las elecciones de 2015, quedó tan bajo que un resultado de cinco se consideraba un gran triunfo, pero logrando siete se superaron las mejores expectativas. Teniendo en cuenta que el séptimo salió por los pelos, parece evidente que, en las próximas elecciones de 2023, el listón estará mucho más alto, con lo cual, será más difícil mejorar ese resultado.
Históricamente, en el municipio de Sagunto, el PSOE nunca ha pasado de once ediles, los obtuvo en las primeras elecciones democráticas, las del tres de abril de 1979, y repitió en 1983, pero, tras el cierre de la siderúrgica, solo Manuel Girona consiguió once ediles en los comicios de 1991. A partir de aquí, los socialistas cogieron una mala seguida y fueron de mal en peor, hasta, prácticamente, hundirse en 2015.

Por tanto, si en estas cuatro décadas de elecciones locales, donde reinaba el bipartidismo, nunca lograron pasar de once, será muy complicado que ahora, en medio de una oferta electoral más nutrida, se puedan quedar, en mayo de 2023, a dos ediles de la mayoría absoluta. Es verdad que la instalación de la futura gigafactoría, como hito principal, difuminará las intensas sombras de una gestión municipal muy mejorable, pero no conviene obviar la influencia negativa de la política nacional, cada vez más intensa. En 2019, el viento de cola impulsaba al PSOE, pero, por lo que estamos viendo, puede que sople de cara en 2023.

A estas alturas del mandato, Darío Moreno ha eclipsado a todos los concejales de su partido y a sus dos socios de gobierno. Francesc Fernández se marcha y Guillermo Sampedro da un paso atrás. Es más, el actual alcalde ha conseguido que la oposición lo siga tratando con guantes de seda. Ni ahora, que vienen las elecciones, se nota más briega. Seguramente, se da por hecho que ya está todo el pescado vendido y que se trata de aguantar el tipo, de repartir los pocos despojos del que se quede por el camino y de asegurar lo que se tiene, quedando a la espera de mejor oportunidad. En cinco meses saldremos de dudas.


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