Fiestas y festejos

Viernes, 09 Septiembre 2022 21:06

Pasaron las fiestas y debemos saludar que nadie murió por aquí ante los cuernos. Seguramente los toros estarán poco contentos con que se les vuelva a martirizar.

Para mí el problema de los “festejos” taurinos no son los toros ni los toreros, sino la degradación moral de aquellos que no son capaces de “divertirse” si no es martirizando animales o viendo como estos matan a las personas. Una pena de país de cavernícolas. ¿Qué se les enseña a estas criaturas en sus casas y en las escuelas?

Basándome en mi experiencia personal, distingo tres categorías entre los festejos realizados por estos lares. Sin duda, lo más relevante por su visualización mediática y propagandística son los festejos taurinos y todo lo que les rodea, pero en estos momentos me preocupa más hablar de Fiestas que de Toros, porque toros hay todo el año y las fiestas son menos.

Después de las dichas fiestas taurinas están las fiestas matronales (misas, procesiones y demás) que los católicos organizan en honor de la Virgen de Begoña. (Este año sus promotores están de enhorabuena porque gracias al Sr. Alcalde y al Arzobispo de Valencia han conseguido hacer oficial esta distinción. Ignoro qué opinan de esto las demás confesiones cristianas, musulmanas, etc, además de los agnósticos y ateos) No cabe duda de que se trata de un estupendo modo de desintegrar, romper lazos entre la población, ahora que se habla tanto de integrar.

Y ya luego y de modo testimonial, a falta de unas Fiestas Populares de verdad, están los festejos populares, de barrios, calles y plazas, que surgen espontáneamente, sin soporte municipal. Creo que el Ayuntamiento, a falta de una solución valiente y honesta, debería dotar económicamente dos concejalías: la actual, que pasaría a denominarse Concejalía al Servicio de las Peñas, y, otra, la Concejalía de Fiestas Populares, que se encargase de organizar unas fiestas donde todo el mundo participe o pueda participar, unas Fiestas Populares de verdad. Ya sé que esto está fuera de costumbres y tradiciones, que serían trabajos y calentamientos de cabeza para concejales que nunca han tenido esas preocupaciones, pero alguna vez tendrían que, como se dice ahora, salir de su zona de confort.

También sé, de sobra, que pierdo el tiempo y la tinta al ocuparme de esto, pero no puedo dejar de pensar que es una pena que los que son designados para estos menesteres por el voto popular, cobrando muy bien por ello, ni hagan ni dejen hacer, ni den paso a otras personas que, por una razón u otra, desempeñarían mucho más gustosa y eficientemente estas labores.

En este tema lo que se necesita son unas fiestas integradoras, que tengan presente la multiculturalidad, el respeto y que las gentes se conozcan, comuniquen y festejen en sus calles.


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