La sierra de la Culebra es un conjunto montañoso ubicado en el noroeste de la provincia de Zamora, en la comunidad de Castilla y León. Su configuración longitudinal hace que abarque parte de las comarcas zamoranas de Sanabria, Carballeda, Aliste y Tábara. En total incluye un extenso territorio de una 70.000 hectáreas, de las que 61.305 fueron declaradas Lugar de Importancia Comunitaria y 67.340 Reserva Regional de Caza. En el ámbito internacional, esta sierra es conocida por albergar una de las joyas de la fauna: el lobo ibérico, siendo además un lugar único para disfrutar del senderismo, del turismo o del cicloturismo.

La naturaleza ofrece en cada época del año una faceta singular, especialmente en otoño, donde se puede disfrutar de la variedad cromática de un paisaje cambiante y de los frutos silvestres de la época (las castañas y las setas).

La denominación de esta sierra pudo derivar de la existencia en la antigüedad de colonias de culebras, sobre todo de culebra bastarda, víbora hocicuda y culebra lisa europea, aunque la morfología de esta serranía de unos 65 km de longitud, está formada por un serie de sierras (Atalaya, Cavernas, Mujer Muerta, Sesnández, Valcuevo, Roldana y Cantadores) que se extienden longitudinalmente de forma sucesiva, como si de una culebra se tratara, siendo sus cumbres de poca altitud. Las más altas son: Peña Mira (1241 m), Miño Cuevo (1207 m) y Peña Castillo (1185 m) lo que le proporciona otra de sus características.

La extensa red de ríos y arroyos que atraviesan la sierra pertenece a la cuenca del Duero. El principal es el Aliste, pero hay otros como el Castrón o el Moratones, aunque estos son de carácter estacional, por lo que permanecen secos buena parte del verano.

Durante el siglo XVIII existían en la sierra extensos bosques de castaños y robles, consideradas las especies autóctonas, pero debido a un intenso y descontrolado abuso de la tala la sierra fue deforestada. A mediados del siglo XX se inició una enorme repoblación forestal, siendo ocupado más de la mitad del espacio por coníferas, como el pino resinero o negral y el pino silvestre o albar, cuya masa principal estaba en El Casal de Tábara.

La fauna, compuesta por cérvidos, especialmente corzos y ciervos, fue una especie que se reintrodujo en 1973, pues a principios del siglo XX se empezó a extinguir por la caza. Junto a éstos, el jabalí es otro de los grandes mamíferos que comparten su hábitat; y el lobo ibérico, el emblema de la sierra de la Culebra.

¿Por qué me he tomado la molestia de resumir en unas líneas todo esto que cualquiera puede encontrar en Google con mucha más profusión? Todos hemos visto y oído estos días atrás el inmenso incendio que ha asolado la sierra y las enormes pérdidas que ha provocado, un incendio que se inició por una tormenta eléctrica, que ha dejado más de 30.000 hectáreas quemadas en este conjunto montañoso de la provincia de Zamora, que forma parte de una reserva de la biosfera de la UNESCO.

El fuego provocó el desalojo temporal de 1.800 vecinos de 14 localidades diferentes. Pero al drama humano, se suma la preocupación de que se haya quemado una de las 52 reservas españolas de la biosfera, en la que vivían 10 manadas de lobos ibéricos según las cifras oficiales.

¿Se podría haber evitado? ¡Claro que sí! La mayor parte de las cosas son evitables, y lo que no es evitable (un rayo puede caer en cualquier sitio y provocar una catástrofe) se puede minimizar. En este caso, si los bomberos hubiesen acudido a su debido tiempo, o si la dotación de ellos hubiese sido mayor, o si se hubiesen tomado medidas preventivas, como los bomberos de la zona llevaban apuntando, todo habría sido menos dramático.

El consejero de Medio Ambiente de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, parece ser que es el responsable directo del desastre en la sierra de la Culebra. Fue él el que no puso los medios necesarios, declarando además que mantener un operativo de incendios activo todo el año era «despilfarrador y absurdo». Pero los políticos de la Junta de Castilla y León, como los de otras comunidades y ayuntamientos, hacen lo que hacen y para quien lo hacen, y creen que recortando empleos públicos todo se soluciona, pero después pasan cosas como estas y la economía de la zona se tambalea, el coste es muchísimo mayor del que habría supuesto una previsión previa, y nos lamentamos cuando han pasado las cosas, intentamos echar balones fuera, y culpabilizar a los que menos culpa tienen. Pero, en fin… Estos son nuestros políticos.

Esto es lo que hay. Dicen que tenemos lo que nos merecemos. La cuestión es que los que no les hemos votado también tenemos el mismo problema. No sé si es que soy un romántico.