Malas decisiones

Viernes, 13 Mayo 2022 21:09

En muchas ocasiones se utilizan importantes recursos económicos públicos para acometer actuaciones con marcada intencionalidad electoralista, que, lamentablemente, terminan haciendo más mal que bien. Cuando los políticos se ponen en modo electoral y solo valoran en votos la rentabilidad de las actuaciones que planifican, verdaderamente dan miedo porque el resultado puede ser óptimo o, por el contrario, un auténtico desastre. Toda esta introducción viene a cuento porque en esta edición se publica una entrevista con Ana Camarasa Belmonte, catedrática de Geografía Física en la Universidad de Valencia, que pasa revista a la situación en la que se encuentra el río Palancia, sobre todo, en su tramo final. Léanla. No fue acertada la intervención realizada en la desembocadura del río por la CHJ, a principios de este siglo, cuando se habilitaron por el interior del delta unas sendas y unas pequeñas charcas, hoy llenas de vegetación y fuente inagotable de mosquitos. Lo único positivo de aquella actuación fue que se recuperó una parte del denominado dominio público hidráulico, al eliminar numerosas construcciones ilegales que había en el cauce, aunque, en este aspecto, todavía sigue quedando mucho por hacer.

En esta legislatura, por fin, se adecentó el sendero azul, un camino paralelo a la costa que ha existido toda la vida. Sin embargo, era muy necesario poner en hora este espacio vital para el disfrute de la ciudadanía. Aunque aquí también ha pesado más el interés electoral. El sendero azul se tenía que haber diseñado pensando en su permeabilidad, es decir, que no fuera un obstáculo para la salida del agua, cuando se producen avenidas, y que permitiera la entrada del mar en días de Levante alto. Las recientes obras acometidas para adecuar este paseo han contribuido a consolidar una barrera que, como ya se ha visto, produce inundaciones en la zona de Ciudadmar, pese a llover con bastante normalidad. Ni que decir tiene que cuando haya alguna DANA de calado, las consecuencias pueden ser mucho más graves. No perdamos de vista, dicen los expertos, que con el cambio climático todos estos episodios extremos irán a más.

Por cierto, lo de limpiar el río o acondicionar el cauce a su paso por Sagunto, para lo que se quieren gastar alrededor de un millón de euros en números redondos, es más de lo mismo, despejar el cauce para que el agua circule a más velocidad y llegue a la desembocadura con mayor energía. Una barbaridad. Afectará a los acuíferos, que recargarán menos, y a la playa del Puerto, que recibirá menos aporte de sedimentos, pero, al fin y al cabo, estas cuestiones importan poco, lo que verdaderamente cuenta y pesa en la toma de estas decisiones es la proximidad de las elecciones y el interés electoral. Así nos va.


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