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Miguel Álvarez Lozano

Bancadas

Viernes, 06 Mayo 2022 21:08

Por si la patente demostración de poca vergüenza exhibida hasta el día de hoy por los bancos no fuese suficiente, después de no devolvernos la millonada que les “regalamos” con la excusa de la crisis mundial, después de salir limpiamente y por la cara del atraco de “Las Preferentes”, envalentonados por la impunidad que les concede el Estado a todas y cada una de sus fechorías, saqueos y abusos, la banca no para de “inventar” nuevos modos de expoliar y sangrar a la población de este país.

Una de las últimas modalidades que han puesto en marcha, para seguir exprimiendo a la ciudadanía, es su campaña de ahorrarse sedes, servicios y puestos de trabajo, complicándonos la vida, demostrando con ello una profunda falta de respeto por lo que ellos llaman sus clientes y que no somos otra cosa que la mano que les da de comer. Además hacen algo todavía mucho más grave y peor: cerrar sucursales bancarias en lo que se ha dado en llamar “la España vaciada”.

Esto es, ni más ni menos, lo que faltaba para darles el remate a infinidad de pequeños pueblos del interior, abandonados a su suerte por un Estado que no cumple mínimamente sus obligaciones. Siempre ha sido la modernización, la adaptación a los nuevos tiempos y a los cambios económicos una tarea dura y difícil; los tiempos cambian y “el Progreso”, a su vez, va dejando cadáveres por el camino. Pero mucho me temo que no toda la cantidad de cadáveres (léase pequeños pueblos del interior) se deban al Progreso, sino por el contrario a la dejadez gubernamental y a la baja calidad de un empresariado nacional muy poco acostumbrado a racionalizar, organizar y reorganizar empresas, ni mucho menos adaptarse a los nuevos tiempos. Estos pequeños pueblos, desgraciadamente, tienen muy pocas posibilidades de resistir ni responder a la banca, dada su débil situación y la poca o nula ayuda o atención que reciben del Estado.

Pero esto nada tiene que ver con lo que ocurre por estos pagos, aquí las cosas son diferentes. Por ejemplo: en el tema de la reducción de sedes, y por tanto de servicios, se puede pelear con muchas probabilidades de éxito para conservar e incluso mejorar los servicios bancarios que debemos recibir. Son muchas y variadas las alternativas posibles para evitarlo y las gentes de este pueblo ya tenemos experiencia en este tipo de cosas. Nuestra situación no es la de un pueblo moribundo; dormidos sí, pero no muertos. Sabemos que podemos protestar, manifestarnos, que podemos cerrar o cambiar nuestras cuentas, cambiar de banco, que tenemos algunas buenas alternativas… pero eso sí, todas ellas exigen conjugar el verbo pelear. Porque de sobra es sabido que, aquí y también en París, el que no llora no mama.


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Modificado por última vez en Viernes, 06 Mayo 2022 17:20

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