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José Manuel Pedrós García

Contradicciones (II)

Miércoles, 13 Abril 2022 21:07

Seguimos con las contradicciones. ¿La piedra del sepulcro estaba quitada, o no, cuando llegó María Magdalena? Nueva confusión.

Para Marcos, para Lucas y para Juan estaba quitada; para Mateo, no, pues dice que un ángel llegó en ese momento, la removió y se sentó sobre ella.

¿Quiénes fueron el domingo a primera hora de la mañana a la tumba de Jesús? Aquí el embrollo es aún mayor.

Mateo dice que fue María Magdalena con la otra María, pero no aclara qué María era, y «Marías» había muchas, ya que ése era un nombre muy común en la época. Marcos comenta que fueron María Magdalena, María la de Santiago y Salomé. Lucas dice que eran María Magdalena, Juana, María de Santiago y las demás que estaban con ellas (¿quiénes eran «las demás»?); y Juan habla sólo de María Magdalena.

Es decir: En lo único que se ponen de acuerdo los cuatro evangelistas, es en indicar que fue María Magdalena; pero ¿quién era en realidad María Magdalena, y cuál fue el papel que en la vida del Mesías representó?

Respecto a este dilema, una vez más, tampoco se ponen de acuerdo los apóstoles ni los evangelistas.

De sus textos puede deducirse que era una de las muchas seguidoras de Jesús, que contribuía con sus bienes al sostenimiento del grupo; o una mujer de la que el Profeta de Belén había expulsado siete demonios; o la joven que había lavado sus pies, los había secado con sus cabellos y los había perfumado con ungüento de nardo legítimo; o María, la hermana de Marta y de Lázaro.

Sin embargo, Felipe —uno de los apóstoles más razonables, que antes de seguir a Jesús fue discípulo de Juan el Bautista, y que actuaba siempre con lógica (recordemos el comentario que hizo a Jesús durante la multiplicación de los panes, cuando dijo: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco», lo que pone de manifiesto que Felipe era una persona sensata y juiciosa)—, pues bien, Felipe, en su evangelio, lleva más lejos que nadie el testimonio de la relación existente entre Jesús y María, al considerar, sin ningún género de duda, que ambos formaban pareja, y que María Magdalena era la «esposa de Jesús»; y lo dice así: «María era la “koinonos” de Jesús», y esa palabra (koinonos), es una palabra de origen griego-copto que significa esposa y amante, con lo cual no puede estar más claro.

Tanto Felipe, como el texto gnóstico Pistis Sophia, dicen que los apóstoles se sentían celosos de la intimidad existente entre ellos, y aclaran que Jesús la besaba con frecuencia, incluso en los labios, y esa muestra pública de intimidad no era habitual en la época, lo que subraya la relación conyugal que unía a Jesús con María.

Finalmente: ¿Cómo fue la Ascensión?

Mateo y Juan no dicen nada de ella, y ambos fueron dos de los apóstoles de Jesús más importantes e influyentes.

Marcos dice algo tan ambiguo como: «El Señor Jesús, después de haber hablado con ellos (los apóstoles), fue levantado a los cielos y está sentado a la diestra de Dios».

Lucas es el único que aclara que Jesús llevó a sus discípulos cerca de Betania, levantó las manos, los bendijo, se alejó de ellos y fue llevado al cielo, aunque tampoco es mucho más explícito.

¿Cómo pueden los evangelistas canónicos silenciar algo tan importante? ¿Cómo no se ponen de acuerdo en contar todos lo mismo? ¿No estaban todos allí? Porque, precisamente Lucas, que no podía estar en Betania en el momento de la Ascensión, al no ser aún seguidor de Jesús cuando éste «subió a los cielos», es el que aclara algo relacionado con este hecho.


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