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Ainhoa Alberola Lorente

La culpa es de los racistas que no quieren integrarse

Viernes, 25 Marzo 2022 21:07

«La culpa es de los racistas que no quieren integrarse» reza uno de los carteles que el Ayuntamiento de Barcelona ha colgado para conmemorar el Día Internacional contra el Racismo, el 21 de marzo. Esta campaña —que tenía otros eslóganes como «¿Cómo voy a ser negro si tengo amigos racistas?» o «Dejar entrar a los racistas provoca un efecto llamada»— propone «darle la vuelta al racismo», con estas típicas frases que las personas racistas utilizan, para exponer el absurdo de sus argumentos.

Justo en la antesala de este día contra la discriminación racial, este periódico publicaba un artículo manifiestamente racista, uno de los textos más vomitivos que he tenido que leer en estas páginas, firmado por una señora miembro de Vox. Si ustedes tuvieron la fortuna de no leer tal abominable texto, les hago un resumen; este escrito criminaliza a las personas migrantes, las relaciona con la delincuencia y trata de meter miedo a la población sobre la presencia de malvadas personas extranjeras que vienen a hacernos daño. Una burda manipulación que trata de engañar a la ciudadanía del Camp de Morvedre, una comarca multicultural donde personas con diferentes orígenes convivimos en perfecta paz y armonía.

Este artículo emplea la falacia de la evidencia incompleta o ‘cherry picking’. Selecciona algunas noticias en las que personas migrantes han cometido delitos para dar a entender que todas las personas migrantes son criminales. Una recopilación muy interesada para hacer pensar que ciertos casos individuales conforman una verdad completa. Pero la realidad es otra; según datos del INE, los condenados por algún delito en 2019 son españoles en el 74,6% de los casos cuando en personas adultas y 79,71% de los casos cuando es en menores de edad. El resto, son los que cometen personas extranjeras, incluyendo a otras personas europeas perfectamente blancas. La conclusión es clara; sigue existiendo una posibilidad mucho más grande de que cualquiera sufra un delito a manos de una persona con nacionalidad española que de una persona migrante, el miedo es infundado.

«La culpa es de los racistas que no quieren integrarse», porque quien es racista vive de espaldas a una sociedad multicultural en la que la presencia de personas migrantes no solo no es una amenaza, sino que es un orgullo y una oportunidad para aprender de culturas y formas de vida distintas. Pero para eso hay que tener los sentidos despiertos y, sobre todo, la mente abierta. Quiero pensar que la mayoría de las personas de esta comarca somos así, somos una sociedad acogedora y solidaria, lo hemos demostrado en infinidad de ocasiones.

Damos la bienvenida a las personas refugiadas, a TODAS las personas refugiadas. Sean de Ucrania, Siria, República Democrática del Congo, Palestina, Mali, Afganistán, Yemen… Todo el mundo merece escapar de la violencia y buscar una vida mejor en otro lugar del mundo. Ahora las puertas de Europa se abren de par en par para las personas blancas, cuando antes se han cerrado para las personas racializadas. Se empatiza con las personas del norte y se normaliza el sufrimiento del sur global. Las muertes por otros conflictos bélicos o los ahogamientos en nuestro mar Mediterráneo de las personas que se embarcan en una huida desesperada no ocupan prácticamente espacio en la agenda mediática ni política.

Se llama racismo institucional y esto también apuntala los discursos de odio. Según informa la campaña #DirectivaMigraParaTodas, en 2021 de 65.404 solicitudes de protección internacional, España solo reconoció un 11%, abandonando al resto a vivir de forma irregular en nuestro país, sin capacidad de acceder a un trabajo legal y digno, con el riesgo de ser deportados a una tierra de origen en el que su vida corre peligro. Ninguna persona es ilegal. Lo que sí que es ilegal es deportar a Mohamed Benhlima, activista y exmilitar argelino encerrado en el CIE de València y al que el gobierno de España ha denegado protección. Los CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) son cárceles para personas que no han cometido delitos y que tienen que cerrarse ya, porque son una auténtica vergüenza y algo que no debería de existir en un país que se dice a sí mismo democrático y moderno.


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Modificado por última vez en Viernes, 25 Marzo 2022 16:52

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