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Miguel Álvarez Lozano

El Muelle

Viernes, 25 Febrero 2022 19:08

Para los viejos del lugar el no tener acceso directo al muelle norte supone una carencia básica, similar a la que deben sentir los presos que pasean por el patio de una cárcel, constreñida su visión por una tapia que les separa de la libertad. Nosotros tuvimos y gozamos del privilegio de acceder a voluntad todos los días del año, tanto de día como de noche, a “nuestro” muelle. Allí íbamos a pasear, a pescar, a ligar, a aprender a nadar, a pasear en barca, a aprender a remar, a pasar la mañana con los amigos, con las novias, y…esto fue así hasta que un día, el usufructo del muelle pasó de manos de “La Fábrica” a manos de la Autoridad Portuaria de Valencia, (APV), a gentes que no solo no conocían el Puerto ni a sus gentes, sino que, desde entonces, vienen demostrando que les importamos un pimiento.

Desde que se hicieron cargo de estas instalaciones invirtieron muchos millones en modernización y eficientes mejoras portuarias, a fin de convertir este muelle en el “basurero” de todo aquello que no quieren o no pueden admitir en el Puerto de Valencia. Para muestra un botón: trajeron aquí, ante las prohibiciones y problemas administrativos que tenía que superar, un problemático barco cargado de asbesto en polvo (amianto) ante el rechazo de las autoridades. Una vez aquí, contando, o no, con la complicidad del Ayto. (o casa Pepe) lo descargaron en los Talleres Viejos donde estuvo meses amontonado, semiabandonado, a merced de los vientos. Un buen día se lo llevaron, desapareció, sin más explicaciones. Uno más de los misterios que rodean a este sufrido pueblo.

Pues bien, desde que pasó el muelle a sus manos, hemos ido viendo cómo los derechos históricos adquiridos por las gentes de este pueblo con su muelle son pisoteados una y otra vez. Empezaron por realizar vallas y muros (para nuestra seguridad) por poner cortapisas al paso, ya no siempre te dejaban visitar el muelle pesquero ni la Lonja, (siempre por nuestra seguridad) ya no te podías bañar en las rocas (salvo el 15 de agosto) hasta que hace ocho o diez años también eso prohibieron. Se cargaron ilegalmente, con el consentimiento implícito de la Diputación y el Ayto. la parte de la vereda o Camí de Serratella, que cruzaba el puerto, dejando a las gentes del poblado del Grau Vell sin acceso directo al Puerto y a los ganaderos sin su histórica vereda.

Por cargarse, se cargaron la percepción (hoy nula) de la población más joven de que han sido desposeídos de su salida natural al muelle. Ya nadie nunca más, salvo que dios o el Ayto. lo remedien (y estos siempre fallan) les van a llamar molleros o els del moll como, “cariñosamente”, nos llamaban nuestros vecinos valencianoparlantes.


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