Desatino total

Viernes, 18 Febrero 2022 19:09

De los 27,6 millones de euros acumulados que el Ayuntamiento de Sagunto tenía para invertir en obras y actuaciones en 2021, solo ha sido capaz de gestionar 7,3 millones, poco más de la cuarta parte. En esta cifra se incluyen cerca de tres millones de inversión autonómica a través del Plan Edificant para construir el IES núm. 5, o sea que de obra municipal pura y dura solo 4,4 millones de euros. Con estos datos, todavía no entiendo para qué querían suscribir un préstamo de 7,5 millones de euros, que, visto lo visto, se hubieran quedado pendientes para gastar en ejercicios venideros. Desde luego, es un desatino total que se pidan créditos para pagar intereses y dejar el dinero guardado en un cajón. Inaudito.

Como ya llevamos varios años con esta dinámica, de ejecutar una mínima parte de las inversiones que se planifican en cada presupuesto municipal, es lógico que el municipio esté como está, con una evidente falta de mantenimiento, con las calles llenas de baches y con las nuevas inversiones al ralentí. Es para hacérselo mirar que habiendo como hay dinero para financiar obras y actuaciones municipales, no seamos capaces de ejecutar todos los proyectos que se van programando. Cuestiones tan sencillas como el rebacheo de calles, que tanta falta hace, o la eliminación de barreras arquitectónicas, que es un escándalo como está el municipio, no requieren ni de esfuerzos extraordinarios ni de sesudos estudios, pues ni con esas. La gente se queja y con mucha razón de que no se producen mejoras ni avances en la ciudad. Con este nivel de ejecución en las inversiones municipales tan bajo es lógico que sucedan estas cosas.

Es verdad que se modificó la ley de Contratos del Sector Público para intentar acabar con tanta corrupción, pero la nueva disposición se decretó en 2017 y estamos en 2022. Aunque las cosas de palacio van despacio, no hay que ser ninguna lumbrera para darse cuenta de que los ayuntamientos en particular y la administración pública en general, han tenido tiempo más que de sobra para ir adaptándose a la nueva legislación. No puede ser que un año sí y otro también apenas se ejecute, en el mejor de los casos, una cuarta parte de los recursos económicos disponibles para inversiones. En algún sitio tiene que estar el cuello de botella y tampoco es creíble que en cuatro años no hayan tenido tiempo para resolverlo. Sin embargo, los datos reflejan que, incompresiblemente, el problema persiste. Entretanto, los ciudadanos tienen que sufrir las consecuencias de una gestión que es, a todas luces, manifiestamente mejorable. Es compresible que no se avance porque no haya recursos, pero habiendo como hay, no hay quién lo entienda.


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