La Palma

Viernes, 11 Febrero 2022 19:38

Ya no habla nadie de La Palma, ya no es noticia, y parece que todos nos hemos olvidado de que aún está ahí, de que sigue estando la isla y sus gentes. El fuego que nació de las entrañas de la Tierra sembró la destrucción en La Palma, y cada día que pasaba, hasta hace bien poco, seguía avanzando de una forma inexorable, entre coladas dispersas, hasta llegar al mar. Ahora parece que ya han remitido sus vómitos de fuego, pero sus habitantes, resignados y abatidos, imploran las ayudas urgentes, necesarias para poder seguir subsistiendo, mientras en el resto del país, que de una o de otra forma se fomentaba el apoyo a todos esos que habían perdido su vivienda y su medio de vida, ahora se ha ralentizado todo eso. Pero ¿si en unas circunstancias como estas se ve la solidaridad del ser humano, por qué no se puede ver también en otras?

¿Por qué no se unen, por ejemplo, los miembros de las diferentes opciones políticas, que están ahí para resolver los problemas del país, en vez de estar a toda hora criticando lo que tanto unos como otros hacen peor que los demás?

¿De qué sirve, por ejemplo, que muchos políticos fueran a hacerse la foto junto al volcán, y dijeran a los que les rodeaban, como si de dioses se tratara, que estaban ahí para apoyarles? ¿En qué les apoyaban, en hacerse la foto?

Parece que las ayudas gubernamentales están empezando a llegar a la isla, aunque sea con cuentagotas. Por lo menos esas casas prefabricadas que han llegado, les pueden beneficiar para tener un lugar donde vivir decentemente, lejos del hacinamiento en el que tienen muchas personas que sobrevivir, apoyados por la ayuda de sus familiares más directos. Sin embargo, todo es insuficiente. Todo es escaso, y la burocracia administrativa todo lo hace aún más lento.

A pesar de ello, es encomiable la dignidad con la que los palmeros se resignan a dejar su isla, aun sabiendo cuál es su destino, y aun sabiendo cuál es el elemento fundamental que forma La Palma: la lava del volcán que cada cierto periodo escupe de las entrañas la materia con la que amplia sus contornos y su forma.

No sé de qué hablar ante tanta confusión como existe, porque no sé hacer otra cosa que poner los puntos sobre las íes o meter el dedo en la llaga. No sé qué decir para apoyar a esas gentes que lo han perdido todo, porque sospecho que cualquier cosa que diga puede ser una perogrullada, o una entelequia, aunque lo más probable es que se trate sólo de una vaguedad, de pura demagogia, simplemente eso, como lo que les acecha a los políticos, a los que tanto criticamos; y las gentes de La Palma no es eso lo que necesitan ahora. No necesitan palabras de consuelo. No necesitan fotos de ministros sonrientes. No necesitan a nadie de la oposición. No necesitan promesas. No necesitan caridad. Necesitan solidaridad. Nada más.


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