La vida

Viernes, 04 Febrero 2022 19:06

Siempre se ha dicho que uno vive mientras está en el recuerdo de alguien. Y aunque una mayoría de las personas seamos anónimas, y permaneceremos en el recuerdo de nuestros familiares, como mucho, durante un par de generaciones, hay algunos que se desvelan por permanecer durante más tiempo, alcanzando la fama, y pretenden destacar en alguna faceta de la vida que les permita el ser recordados cuando dejen de existir.

Pero la popularidad, en la actualidad es efímera, y apenas si alguno, de los que tienen un mínimo de reconocimiento, llega a traspasar el umbral de la vida perecedera.

A lo largo de la historia ha habido genios, que han destacado en muchas de las artes o de las ciencias, a los que seguimos recordando, porque escuchamos su música, admiramos sus pinturas, leemos sus libros, o nos beneficiamos de sus inventos o sus descubrimientos. También ha habido estadistas, políticos, monarcas y gobernantes, incluso religiosos y papas, que son recordados, unos por su gran aportación al bien común, pero otros por haber tenido más sombras que luces, aunque eso sí, estos tienen, o han tenido, también sus partidarios, que se han apresurado a intentar borrar de su biografía esa parte especialmente oscura que ha ensombrecido su actuación.

Hay una especie de cuento, que dice que un día se encontraron la vida y la muerte. La vida estaba contenta y ufana porque todo el mundo se aferraba a ella, todos hablaban bien de sus virtudes, la trataban con cariño, y nadie quería desprenderse de su valiosa condición.

Entonces la muerte le replicó a la vida, y le dijo: «Lo que a ti te ocurre es que eres una mentira agradable, una mentira disfrazada de virtud, por eso todos te quieren, mientras que yo soy una triste realidad, y por eso todos me aborrecen».

Esto ocurre a menudo, y nos encantan las mentiras cuando están adornadas de algo bonito, mientras que las verdades, a menudo nos disgustan, porque no queremos aceptar su realidad.

Pero hemos de reconocer que la vida, en función de dónde hemos nacido, y de las posibilidades que hemos tenido durante ella, merece la pena vivirla, aunque también hemos de vivirla de tal forma que cuando hayamos muerto, nos puedan recordar por las obras y por el carisma que nos ha adornado siempre, aunque sola sea durante un par de generaciones; y eso que, normalmente, cuando uno ha fallecido, todos alaban sus virtudes, y dicen que se fue una gran persona. Sería interesante que esto lo dijeran de nosotros mientras vivimos, y que no tengamos que esperar a la muerte para que se nos reconozca nuestra valía.

Para terminar, me gustaría aportar una curiosa teoría oriental. Una teoría que dice que todos vivimos hasta el momento de nacer. Que cuando nacemos, en realidad morimos, porque quedamos encadenados a la materia, y que cuando morimos, volvemos a la vida, porque nos desprendemos de esas cadenas que son la materia que nos envuelve y nos da forma durante nuestra estancia en la Tierra.

Sería muy bonito que así fuera.


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Modificado por última vez en Viernes, 04 Febrero 2022 16:02

 

 

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