Puedo decir con certeza que el Ayuntamiento de Sagunto está siendo gestionado por un pésimo equipo de gobierno que además es el más caro de la historia. Sin embargo, la ciudadanía no percibe esa mala gestión porque tenemos ante nosotros una espesa cortina de humo que lo cubre todo. La pandemia ocupa la atención de todo el mundo, puesto que lógicamente es el mayor motivo de preocupación del momento.
Mientras desde el Ayuntamiento empeñan sus esfuerzos en el terreno de la publicidad y redes sociales, los ciudadanos no se dan cuenta de que nuestro municipio es inviable económicamente si seguimos por este camino, dado que los impuestos municipales son prácticamente utilizados en la plantilla de funcionarios, que se ha visto incrementada durante estas dos legislaturas, y también en el gasto corriente que asume el Ayuntamiento y en pagar los préstamos que se deben, que superan los 25 millones de euros.
De esta manera es muy difícil acometer mejoras, salvo que el Ayuntamiento siga endeudándose. Y aquí volvemos a la pésima gestión, puesto que este año estaba previsto en el presupuesto un nuevo préstamo de 7,5 millones, que no se ha podido solicitar porque uno de los requisitos es que los presupuestos del año anterior sean positivos. Y lo que ha ocurrido es que el Ayuntamiento de Sagunto, con ese equipo de gobierno conformado por PSOE-Compromís y EUPV, el pasado año terminó con sus cuentas en números rojos.
Con su ya habitual hipocresía, los gobernantes intentan justificar este desbarajuste económico, en que la COVID obligó a un mayor gasto, algo que es incierto puesto que desde el Ayuntamiento se suspendieron en el 2020 prácticamente todas las actividades previstas, lo cual en todo caso debería haber producido ahorro. Pero como ya he escrito antes, el crecimiento de la plantilla municipal y los gastos corrientes de todas nuestras instalaciones prácticamente han consumido los ingresos recibidos.
Por estos motivos se puede anticipar que en el futuro habrá subida de impuestos directos, pero no porque vaya a mejorar la gestión de estos, sino que será porque tendremos que asumir una plantilla que entre SAG y Ayuntamiento superará los 1200 trabajadores, y junto a ellos el crecimiento desordenado en las instalaciones municipales.
Estamos concluyendo el tercer año de legislatura, tiempo suficiente para que cada uno extraiga sus conclusiones. Aun así, cuando escampe el temporal de la COVID, veremos con mayor claridad la gestión real del equipo de gobierno, muy amigo de las fotografías, pero totalmente alejado del trabajo útil...
