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Ignacio Belzunces Muñoz

Todos

Viernes, 08 Octubre 2021 21:09

En la reunión que ayer jueves mantuvo el alcalde de Sagunto, Darío Moreno, con los directivos de Pilkington, no parece que se lograra avance alguno. Me refiero a que la empresa haya variado su posición respecto al plan previsto, anunciado a primeros de septiembre. Tanto es así que, tal y como confirmó la compañía, a finales de este mes de octubre presentará el ERE, es decir, el expediente para rescindir los contratos, por lo que todo parece indicar que la decisión de sacrificar la línea de laminado y, por tanto, sentenciar el futuro de esta factoría, ya ha sido tomada.

Es verdad que la pandemia, la escasez de chips y el fuerte incremento que ha experimentado el coste del transporte marítimo, no ayudan nada a la recuperación del sector del automóvil que, por otra parte, se ve directamente abocado a la descarbonización, lo que supondrá una total transformación en la propia fabricación de vehículos, incluso, puede terminar afectando al resto de industrias instaladas en Sagunto. Me refiero a las suministradoras de chapa.

Con este panorama tan poco halagüeño, no parece que las gestiones que se están realizando en el ámbito político vayan a resolver nada, pero es necesario dar esos pasos porque se trata de sumar apoyos de cara a lo que se avecina, que es la defensa de la continuidad de la actividad y, en consecuencia, del empleo en Pilkington.

Así las cosas, me parece muy poco recomendable que los partidos políticos que sostienen al gobierno municipal de Sagunto quieran sacar rédito político a costa de este conflicto. Creo que fue un error de bulto la foto de la pasada reunión con el conseller de Economía, el nacionalista Rafael Climent, celebrada el pasado 6 de octubre, donde, sencillamente, no se ve ni rastro de la oposición. Entiendo que el comité de empresa sintonice mejor con aquellas fuerzas políticas con las que tiene afinidad ideológica, pero no creo que convenga prescindir del resto de representantes municipales. Alejandro Vila, de Vox, ha sido el único edil que ha mostrado su malestar de forma pública, pero me consta que tampoco ha sentado nada bien a otros portavoces consistoriales que no se les haya tenido en cuenta, aunque han optado por pasar página.

Ya sé que no es lo mismo, ni parecido siquiera, pero cuando el gobierno socialista de Felipe González decidió cerrar la siderúrgica, todo el mundo se unió como una piña para defender la continuidad de los altos hornos y los miles de empleos que, sin embargo, se destruyeron. Desde que la ‘fábrica’ echó el cierre, Sagunto ya no es lo que era. Entonces todo el mundo arrimo el hombro, la izquierda y la derecha. Todos.


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Modificado por última vez en Sábado, 09 Octubre 2021 11:12

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