El Partido Popular (PP) es un partido político liberal conservador español, que se encuentra situado —según definición del propio partido— entre el centro-derecha y la derecha política, fundado en enero de 1989 en sustitución de la antigua Alianza Popular (AP). Sus estatutos lo definen como de «centro reformista» inspirado en los valores del humanismo cristiano, pero la realidad es que es un partido fundamentalmente de derechas, aunque en los últimos años haya habido una escisión del mismo (la formada por VOX) que ha integrado la extrema derecha.

El número de afiliados ha representado para la formación política una polémica constante. En el año 2014, un análisis independiente situó en unos 100.000 el número de afiliados, pero, según el partido, en 2016 había unos 147.000 abonados, aunque apenas 66.000 estaban al corriente de pago, y se inscribieron para votar en las primarias de 2018. Más tarde, el partido defendió que contaba, entre militantes y simpatizantes, con más de 865.000. Los datos, por lo tanto, son un tanto ambiguos y, sobre todo, dispares.

Es uno de los partidos mayoritarios de España, que ganó sucesivamente las elecciones generales durante los periodos 1996-2004 y 2011-2018, y en la actualidad, tras las elecciones generales de 2019, cuenta con 88 escaños en el Congreso de los Diputados y 97 en el Senado, gobernando además en cinco comunidades autónomas y en Ceuta. Es, con la presidencia de José María Aznar y la de Mariano Rajoy a la cabeza, la segunda formación que más años ha gobernado el país, desde el restablecimiento de la democracia, por detrás del PSOE.

El Partido Popular tiene su origen en Alianza Popular (AP), un partido político fundado en 1976 como una federación de pequeños partidos conservadores, liderados por antiguos dirigentes del franquismo. Su líder más destacado era Manuel Fraga, ministro de Información y Turismo de la dictadura franquista entre 1962 y 1969, así como vicepresidente del Gobierno y ministro de la Gobernación entre 1975 y 1976, siendo presidente y candidato de AP desde su fundación hasta 1987.

En sus primeras citas electorales tuvo unos discretos resultados, obteniendo en las elecciones generales de 1977 un 8,34 % de los votos y 16 diputados y en las de 1979 un 6,10 % y 10 diputados. Tras el hundimiento de la entonces gobernante Unión de Centro Democrático (UCD), Alianza Popular se coaligó con algunas de las ramas de UCD, Partido Demócrata Popular (PDP), Partido Liberal (PL)) y diversos partidos regionalistas de derechas como Unión Valenciana (UV), Unión del Pueblo Navarro (UPN) y el Partido Aragonés Regionalista (PAR)), presentándose a las elecciones generales de 1982 como Alianza Popular-Partido Demócrata Popular (AP-PDP), añadiendo las siglas del PAR, UV y UPN en sus respectivas comunidades. Obtuvo 5,408.959 de votos (25,70 %) y 105 diputados. En el País Vasco se presentó coaligado también con UCD, obteniendo un diputado más. En total, 106 diputados, lo que la convirtió en el primer partido de la oposición, logrando en el Senado 54 escaños, 51 más que Coalición Democrática.

En el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN, celebrado en 1986, AP propugnó la abstención o el voto en blanco, pero también votaron en blanco o en contra de cualquier medida de progreso defendida por el PSOE. En diciembre de ese mismo año (1986), y tras el fracaso de Alianza Popular en las elecciones autonómicas del País Vasco celebradas el mes anterior, Manuel Fraga Iribarne presentó su dimisión como presidente de Alianza Popular.

En el VIII Congreso de Alianza Popular, celebrado los días 7 y 8 de febrero de 1987, Antonio Hernández Mancha, presidente del partido en Andalucía, se impuso con claridad en la disputa por la presidencia de Alianza Popular al hasta entonces vicepresidente y hombre fuerte del partido, tras la dimisión de Manuel Fraga, Miguel Herrero de Miñón.

Tras la dimisión de Fraga, y las sucesivas victorias del PSOE en las elecciones generales de 1982 y 1986, Alianza Popular entró en una profunda crisis. Fraga retomó entonces provisionalmente las riendas del partido para pilotar su refundación, y en el IX Congreso —celebrado en enero de 1989— se constituyó el Partido Popular, que afianzó los rasgos neoliberales de AP y redujo hasta cierto punto los rasgos conservadores, siendo Fraga el primer presidente del Partido Popular, con Francisco Álvarez-Cascos como secretario general. Poco después, el 4 de septiembre de 1989, José María Aznar (entonces presidente de la Junta de Castilla y León) fue elegido candidato a las elecciones generales, a propuesta del propio Fraga, convirtiéndose Aznar, en abril de 1990, en presidente del partido, y siendo nombrado Fraga, al poco tiempo, presidente fundador del PP.

A lo largo del año 2009, varios miembros del Partido Popular en diferentes provincias españolas fueron detenidos por cargos relacionados con la corrupción política. También saltó a la opinión pública, durante 2009, el caso del presunto espionaje político en la Comunidad de Madrid. En dicho caso, varios integrantes del PP se vieron acusados de espionaje ilegal a sus propios compañeros de partido y a miembros de la oposición. El caso fue archivado con posterioridad al no haberse podido probar la realidad de dichos seguimientos. Sin embargo, la Audiencia Nacional condenó al PP como partícipe a título lucrativo de la trama Gürtel, entendiendo que la organización se enriqueció de la trama de corrupción «en perjuicio de los intereses del Estado».

El Gobierno del PP cesó el 2 de junio de 2018 por la aprobación de la moción de censura contra Mariano Rajoy, que invistió a Pedro Sánchez presidente del Gobierno en el Congreso de los Diputados.

A partir de aquí, podemos dejar a los lectores que imaginen, digan, reprochen o especulen. La política no está sólo para que los políticos critiquen a sus adversarios (lo vemos cada día en el Congreso) y que los critiquen de unas formas que no deberían ser aceptadas en política. También la ciudadanía puede hablar de todo aquello que no le parezca adecuado. Si lo hacen los políticos a diario, ¿por qué no lo va a hacer el pueblo, o es la ciudadanía la que debe dar siempre ejemplo y no los aclamados «padres de la Patria»?