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Ignacio Belzunces Muñoz

Esta vez sí

Viernes, 17 Septiembre 2021 21:09

Esta semana hemos conocido, por las denuncias de la oposición, que el tripartito municipal ha llevado hasta el límite a la Sociedad Anónima de Gestión. Esto no es nuevo, ya ocurrió el año pasado, en mayo, pero en este 2021 vuelven a las andadas. Esta vez con un montante de facturas sin pagar por importe de 4,5 millones de euros. Para soportar esta asfixia económica hay que tener mucho pulmón. Lo mejor de todo es que la representante de Ciudadanos en el Consejo de Administración, Pilar León, repartía culpas en la misma proporción para el equipo de Gobierno y el gerente de la empresa. Al tripartito por no pagar y al director general por no informar a los consejeros de que el Ayuntamiento no paga. La misma pena para el autor del crimen que para el encubridor. En fin, un disparate.

Cuando leí la nota de prensa remitida por Ciudadanos, que fue el primer partido en denunciar esta situación, me quedó claro que Salvador Montesinos servirá en bandeja de plata la cabeza del gerente de la SAG al alcalde de Sagunto y presidente del Consejo de Administración de la compañía, Darío Moreno. Errar es humano y puede ser que mi pronóstico no sea certero. Veremos. Lo que no se sabe, de momento, es a cambio de qué, pues en política nada es gratis.

No hace falta ser ningún lince para darse cuenta de que el servicio que presta la SAG al municipio es, por decirlo finamente, manifiestamente mejorable. Pero la solución a este problema no vendrá con el nuevo gerente. Cesar al actual director general, que nombró en su momento el PP, y sustituirlo por otro de la órbita del PSOE, no arreglará nada. Para llegar a esta conclusión tampoco hace falta ser ninguna lumbrera.

La SAG tiene problemas muy graves, uno de ellos es el altísimo absentismo laboral. En aseo urbano alrededor de un 40% y en limpieza de edificios por encima del 30%. Una barbaridad. Acabar con este mal endémico que sufre esta empresa pública no es tarea fácil, sobre todo, si no existe un claro respaldo político a la hora de tomar medidas que, sí o sí, afectarían de lleno a la plantilla.

Hablando claro, como los políticos no están dispuestos a que los trabajadores les monten una huelga de recogida de basura o de limpieza de colegios, la paz romana se logra permitiendo que el absentismo campe a sus anchas. Al final, el coste que ha de soportar el ciudadano es altísimo. Recordemos que desde 2015, que es cuando se hicieron cargo del gobierno municipal los progresistas, la plantilla de la SAG ha crecido entorno a un 25%, pero las calles del pueblo no están más limpias, todo lo contrario. No descartemos, por tanto, que la privatización de la empresa se venda como la mejor solución. Tiempo al tiempo.


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