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José Manuel Pedrós García

Otoño

Viernes, 17 Septiembre 2021 21:07

Estamos acercándonos al final del verano, una amplia mayoría de los ciudadanos estamos ya vacunados contra la COVID-19 y vemos cómo la esperanza de volver a vivir la vida como antes de la pandemia se empieza a materializar, aunque se dice que todos los mayores de sesenta años, que no han pasado la COVID, y por lo tanto no han generado anticuerpos, tendrán que ponerse una tercera vacuna, pero, en fin, esto forma parte de las consecuencias de la pandemia, y si es así, pues no tendremos más remedio que actuar tal y como la medicina nos aconseje.

El progreso, entre otras cosas —algunas negativas, de las que hablaremos otro día— nos trae también cosas positivas, y frente a una pandemia mundial, como la que se desató hace casi dos años, la ciencia y los científicos, la medicina y la investigación han puesto todo su empeño para crear lo antes posible el arma que haga frente a tan letal adversidad; y no se ha descubierto una sola vacuna, han sido varias, en Europa, en EEUU, en Rusia, en China, en la India. Todas ellas, en mayor o menor medida, son eficaces para combatir la COVID, y la ciudadanía, salvo excepciones, así lo ha entendido, y ha acudido masivamente a los centros de vacunación para recibir las correspondientes dosis.

Esta es una más de todas las pandemias que a lo largo de los siglos se han extendido por el mundo y han asolado a la humanidad, como antes lo fueron el tifus, la gripe o la peste, por ejemplo. Y es en estos debacles donde se ve la solidaridad de la gente, las ganas de ayudar a los demás, de colaborar con las autoridades pertinentes y de apoyarnos unos a otros.

Este es un signo positivo de la humanidad que debe ampararnos, porque aunque digamos que «el hombre es lobo para el hombre», en estas circunstancias se ve la fraternidad y la identificación de la manada, y de la misma manera que hacen los lobos, cuando han de atacar a una presa para que todos coman, actuamos nosotros.

El progreso existe, y evoluciona a unos pasos agigantados, lo vemos cada día, y lo mismo que evoluciona en tecnología, en informática, en medicina, en ciencia o en investigación, debe evolucionar en solidaridad, en altruismo, en derechos humanos o en ayuda a los más desfavorecidos. Sólo así nuestra condición humana se verá fortalecida y reconocida por las generaciones venideras.


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Modificado por última vez en Viernes, 17 Septiembre 2021 17:00

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