Segar la hierba

Viernes, 06 Agosto 2021 21:08

Las quejas vecinales van en aumento. Lo que sucede en Almardà es un clamor. Dicen que están hartos, pero laverdad es que no me extraña, cuando no son las inundaciones, es el deterioro de las playas, los reincidentes vertidos de la Gola de Quartell, los botellones, los actos vandálicos y las conducciones temerarias, que de todo hay. Los vecinos aseguran que nadie les hace caso y que se sienten abandonados. En el barrio del Ferrolan otros ciudadanos empiezan a enseñar la patita, quejándose de lo abandonado que está todo. Parques sin juegos, aceras invadidas por las zarzas, alcantarillas sin trapas. Te das una vuelta por los barrios de la playa o el casco histórico porteño y es palmario el deterioro de las calles. La plaza de Bilbao, por mencionar otro ejemplo, lleva años esperando una solución. En definitiva, que tenemos el pueblo hecho unos zorros.

Es verdad que estos problemas no son de ahora, que todo se ha complicado mucho más con la pandemia, pero, con todo y con eso, está claro que la falta de interés también es determinante. Por poner dos ejemplos, se tardó bastante más de una legislatura, que son cuatro años, en sacar adelante la Plaza de la Concordia, que vale más que se hubieran estado quietos, porque el churro que han hecho es de nota alta. Con el Sendero Azul ha pasado algo parecido, poco presupuesto y mal terminado, puesto que ni tan siquiera fueron capaces de coordinar esta actuación con Canet para completar todo el recorrido. Por cierto, el canal que hay al final del paseo marítimo, frente a Ciudadmar, sigue ahí, esperando.

Dice el portavoz de Iniciativa Porteña, Manuel González, que cuando se trata de acometer proyectos en el Puerto, se reduce el presupuesto al máximo imprescindible, mientras que no reparan en gastos para actuaciones en otros puntos del municipio. Tampoco le falta razón al líder de IP, mientras la Plaza de la Concordia o el Sendero Azul se ha resuelto con el mínimo presupuesto posible, en recuperar la fortificación del Grau Vell han tirado con pólvora de rey, gastándose cerca de 1,7 millones de euros. No hace falta ser ningún lince para darse cuenta de que algunos políticos valoran más las piedras que las personas.

Si las inversiones municipales han caído a mínimos históricos, tal y como lo acreditan las liquidaciones de los últimos presupuestos consistoriales, y el mantenimiento es de escaso a nulo, es preciso que el deterioro vaya a más, tampoco hay que ser muy listo para llegar a esta conclusión. Todavía no sé por qué, pero, como en 2023 habrá elecciones, me da la sensación de que alguien le está segando la hierba a la primera autoridad local. Darío Moreno, que para eso tiene su equipo de asesores, sabrá por dónde le vienen los tiros. Que pasen buen verano.


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Modificado por última vez en Viernes, 06 Agosto 2021 19:10
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