Hace casi un año que mi casa tiene dos integrantes más, dos felinos que llegaron al hogar con un par de meses de edad y que hoy en día son una parte imprescindible de la familia. Algunas personas podrán pensar que soy una exagerada, pero quienes tienen mascotas en casa sabrán que a estos bichitos se les acaba cogiendo un amor increíble, como digo, como si fueran uno más. Sus muchos juguetes, camas y pelitos invaden todos y cada uno de los rincones de mi casa, que seguro que estaría más limpia y recogida sin ellos, pero el amor que dan sin lugar a dudas merece la pena.

¿Ustedes son de perros o de gatos? A mi me gustan ambos, pero de momento me quedo con los gatos. Bastantes discusiones he tenido con la gente ferviente defensora de que los perros son mejores y prácticamente siempre he escuchado como uno de los argumentos estrella a favor de los perros el amor incondicional que profesan a sus dueños. Quienes tenemos gatos sabemos que estos tienen un fuerte carácter y su amor no es incondicional, hay que ganárselo cada día. Los gatos constantemente te dan una lección sobre consentimiento: al aproximarte a un gato pronto sabrás si desea que le acaricies o no. Lo mismo que sería deseable con las personas, es una norma básica de respeto no tocar a nadie que no da su consentimiento para hacerlo. Quizá por este motivo muchas de mis amigas feministas son también amantes de los gatos y disfrutan de la compañía de ellos.

A veces digo entre risas que soy una ‘loca de los gatos’, a sabiendas del estereotipo machista que se ha generado sobre este concepto, pero me gustaría que nos reapropiáramos de él. Se dice loca de los gatos a una mujer solterona y solitaria, que ha preferido la compañía de los animales a la de los hombres y, claro, en esta sociedad tal herejía debe de ser penalizada con el calificativo de loca. Sin embargo, las ‘locas de los gatos’ realmente somos mujeres amantes de los animales, defensoras de sus derechos, en muchas ocasiones, también activistas o voluntarias de asociaciones animalistas. También se asocia la figura del gato a las brujas, otras mujeres que por vivir de una forma no convencional fueron perseguidas y asesinadas durante las cazas de brujas entre los siglos XV y XVII. Hasta las brujas más modernas tienen gato, como Sabrina a Salem o Hermione Granger a Crookshanks.

La gran mayoría de personas que participan en protectoras de animales son mujeres y, de hecho, una encuesta de 2018 apuntó a que podrían ser el 86% de las personas que cuidan a animales domésticos no de granja. Muchas gracias a todas las personas que en nuestra ciudad se preocupan por cuidar a los animales y defender su bienestar, muchas veces en condiciones muy precarias. Colonias Felinas, el Refugio de Tula o SOS Animales Sagunto son ejemplos de personas comprometidas con el bienestar de los peludos que también son parte de nuestro municipio. Aprovecho estas líneas para reivindicar la construcción de un núcleo zoológico municipal digno que haga más fácil su tarea a estas asociaciones y apoyo institucional y ciudadano a estos colectivos, que me consta que siempre andan escasos de recursos para atender a todos los animales que llegan hasta ellos. También para seguir pidiendo que nadie compre animales cuando hay tantos en las protectoras que necesitan un hogar, los animales no son un bien de consumo ni una moda, son un compañero de vida más que podemos decidir tener.

Felices vacaciones a todas las personas que leen El Económico, espero que puedan disfrutar de un merecido descanso. ¡Nos volvemos a ver en septiembre!