... y más ruidos

Viernes, 16 Julio 2021 21:08

No hace un mes publiqué un artículo en el que, hablando del indulto a los presos catalanes, dije que lo que la derechona estaba montando no era más que ruido y vaticiné que en poco tiempo se vería que el drama que vaticinaban no iba a ninguna parte. Pues bien, no llega al mes y nadie se acuerda de esto, es más, siendo aún muy pronto para opinar, ya se percibe que no solo Cataluña sino también el resto de España se ha tranquilizado bastante y la vida continúa ligeramente menos crispada por ese lado.

Los interesados problemas que montaron los del “procés” y los del PP se están desinflando gracias a la ciudadanía y al resto de los partidos políticos que no viven de estos problemas, sino de solucionarlos. Los que viven de crear tensiones “nacionales” ni paran, ni pararán de intentar echar leña al fuego, pues viven de su calor y, si arde España, pues mejor: ellos serían, como han hecho tantas veces, los que después venderían el carbón.

Ahora, como de momento no tienen otra cosa a mano, la han vuelto a liar con Garzón: más ruido. Resulta que el hombre ha dicho nada menos que lo que cualquier nutricionista repite continuamente: que debemos comer menos carne roja y menos carnes procesadas; nada más. Pero Garzón no lo dice porque vaya de nutricionista, sino de político consecuente, pues está obligado a hacer y decir lo que el Consejo de Europa defiende y que se resume en cuatro palabras: que debemos alimentarnos mejor, y que esto repercutirá favorablemente, en el caso de las carnes, en la lucha contra el cambio climático.

La derechona, entre las que incluyo a algún que otro presidente autonómico del PSOE y otros dirigentes disfrazados de socialistas, con la inestimable ayuda de esa “prensa” amarilla y azul que se ha adueñado de la desinformación del país, se han dedicado a intentar ridiculizar y mentir con todo el descaro del mundo, poniendo en boca de Garzón (uno de los políticos más formados, más sensatos y menos problemáticos de este país) palabras que jamás ha dicho, ni diría, ni podría decir. Lo dicho: ruido.

Posiblemente, cuando este artículo se publique, ya nadie se acuerde “del problema de la carne” y, los “ruidoleros”, estén en otra campaña, pero el daño estará hecho, porque de lo que se trata no es de acabar con los músicos, que también, sino con la música. Dicho de otro modo: si no pueden acabar con el mensajero, al menos hay que desbaratar el mensaje a fin de evitar que la gente aprenda, porque la gente sabida es muy difícil de manipular y eso puede ser hasta peligroso. Así que tendremos que seguir soportando muchos más ruidos. Es lo que hay.


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