Imprimir esta página
Miguel Álvarez Lozano

Reconocimiento

Viernes, 02 Julio 2021 21:08

En estos momentos, sumidos como estamos en cuanto al control de la pandemia que nos ha condicionado y confinado, ahora que ya podemos respirar libremente por la calle y con un porcentaje y ritmo de vacunación aceptable, crecida la esperanza al ver, aunque todavía lejana y problemática, algún puntito de luz al final del túnel, parece llegado el momento de empezar a sacar algunas conclusiones de este aprendizaje vital que ha significado (y aún significa todo lo que rodea a esta etapa tan diferente como crucial) que un determinado virus, inesperadamente, instaló y aún repercute en nuestras vidas. Una de estas repercusiones fue, y en cierto modo continúa siendo, el brusco y total apagón de las representaciones públicas culturales y artísticas de todo tipo: cine, música, teatro…

No voy a decir que esto fuese el peor aspecto de este negativo periodo, pero sí que ha sido mucho más importante de lo que a primera vista pudiera parecer, no solo por lo que ha podido afectar a creadores y actores culturales, provocando unos efectos económicos y profesionales negativamente brutales para un sector que históricamente suele caminar ya de por sí por la cuerda floja, sino, también para el público consumidor de arte y cultura, cuya salud mental y equilibrio sicológico estaba en juego debido al confinamiento y, en muchos casos, ausencia de sus seres más queridos. Es fácil entender que, en esta etapa, se hayan producido cantidad de desequilibrios y problemas anímicos y mentales que han oscilado desde el aburrimiento más absoluto hasta llegar al temible impacto de las depresiones.

Pues bien: quiero romper una lanza por los ayuntamientos de Canet y de Sagunto (son los que conozco personalmente) cuyos departamentos de Cultura y Juventud han tenido, y continúan teniendo, durante el transcurso de esta pandemia, una actitud muy loable, empática y coherente con lo que en la calle estaba sucediendo, haciendo lo imposible por programar y realizar todo tipo de actos culturales, adaptándose de modo muy creativo y eficaz a las limitaciones propias de la complicada situación que aún estamos viviendo y padeciendo.

Seguro estoy de que los variados actores culturales, sin olvidarnos de los técnicos y artesanos que viven de servir al arte en general, tan golpeados por esta crisis sanitaria, valorarán debidamente los esfuerzos realizados en ese sentido por estos ayuntamientos, pero que también lo hará ese público que ha podido, aunque con limitaciones, disfrutar de algunas opciones de arte y de cultura. Ignoro si el sector médico, sicólogos y siquiatras, es consciente del trabajo que estas actitudes municipales les hayan podido ahorrar, pero estoy seguro de que así ha sido y sigue siendo.

Por ello, sirva esta columna para agradecer y felicitar a los Departamentos de Cultura de ambos ayuntamientos, Sagunto y Canet por su buen hacer.


Si le ha interesado esta información, puede unirse a nuestro canal de Telegram y recibirá todas las noticias que publicamos para el Camp de Morvedre. Síganos en https://t.me/eleco1986

Lo último de Miguel Álvarez Lozano