Este próximo martes se celebra, con retraso, el pleno ordinario de junio. En esta sesión municipal, además de la sección de ‘arreglemos el mundo’ que incluye variopintas mociones de los grupos municipales, se abordará por segunda vez un tema de calado, como es la disolución del Consell Local Agrari y su integración en la estructura municipal. El 18 de marzo, en un pleno extraordinario ya se trató este asunto, aunque sin ningún éxito, puesto que la suma de Compromís, Iniciativa Porteña y Partido Popular, la ‘Santa Compaña’, que diría Francesc Fernández, se impuso a los síes del PSOE, Esquerra Unida y Ciudadanos, puesto que el único edil de Vox optó por la abstención.
Pero la primera autoridad local, hombre constante donde los haya, persiste, como también hizo con el malogrado cambio de gerente en la SAG, y vuelve a la carga tres meses después. Si no cambian las posiciones, es probable que haya que devolver el morlaco al toril. Sin embargo, no sé porqué, siento el pálpito de que algún partido cambiará su no por una abstención. De otro modo no se entiende que Darío Moreno inicie esta mano a sabiendas de que la tiene perdida.
Como ciudadano de este municipio, me da exactamente lo mismo que el Consell Local Agrari sea ente autónomo o se integre en el Ayuntamiento de Sagunto. Algo que nunca entendí es por qué el municipio tiene que asumir el coste de la Guardería Rural, que viene de las extintas cámaras agrarias, sin embargo, la costumbre hace ley.
Ahora bien, si se pueden evitar gastos, me parece bien que se haga. Lo digo porque en el informe del secretario general del Ayuntamiento de Sagunto, profesional de capacidad y honestidad acreditada, se escribe, negro sobre blanco, que «El mantenimiento del organismo autónomo "Consell Local Agrari de Sagunt" supone una solución organizativa excesivamente onerosa», me parece a mí que lo que más interesa es lo que menos coste tenga para el ciudadano. Es de sentido común que siempre se defienda el interés general. Por otro lado, los agricultores del término municipal tampoco ven mal, sino todo lo contrario, que el Consell Agrari se disuelva e integre en el consistorio. Los únicos que no comparten esta medida son los concejales de Compromís, partido que, desde siempre, le ha tenido mucho apego a este órgano autónomo. Algunos mal pensados han llegado a decir que el Consell Local Agrari era el chiringuito de los del Bloc, pero ya se sabe que la gente habla mucho, la mayoría de las veces con escaso conocimiento de causa.
Si mantener independiente el Consell Local Agrari sale más caro al contribuyente, el rumbo no puede ser más nítido: disolución e integración en la estructura municipal. Veremos.
