Un poco de historia sobre el PCE (2)

Viernes, 18 Junio 2021 21:07

Tras la proclamación de la II República, el PCE volvió a la luz en una situación muy precaria, después de estar prácticamente en la clandestinidad, o casi en ella, desde su fundación, pasaba a ser legal. Es elegido el primer alcalde comunista durante la Segunda República, Luis Cicuéndez, natural de La Villa de Don Fadrique, en la provincia de Toledo, de donde fue nombrado alcalde tras la segunda vuelta de las elecciones municipales de 1931. El PCE pasó de tener un millar de militantes a principios de 1931, y escasa influencia social e institucional, a tener casi nueve mil afiliados a finales de ese año.

El 17 de marzo de 1932 se celebró el IV Congreso del PCE en Sevilla, saliendo elegido José Díaz Ramos como secretario general, con el objetivo de construir un gran partido comunista de masas, y a finales de ese año ya llegan a 15.000 los afiliados, abriéndose a alianzas con otras fuerzas políticas como el PSOE. El 3 de diciembre de 1933, es elegido el primer diputado comunista de la historia de España, Cayetano Bolívar Escribano, que salió de la cárcel para ocupar su escaño por la provincia de Málaga. También la Federación vasco-navarro del PCE se constituyó en la Federación Comunista de Euskadi bajo la «Plataforma Revolucionaria del Partido Comunista para la Liberación Nacional y Social de Euskadi».

Con posterioridad, en la llamada Revolución de 1934 contra la política del gobierno radical-cedista, el PCE desempeñó un papel menor que el del PSOE. Sin embargo tuvo que volver a la clandestinidad, teniendo ya 20.000 militantes.

En 1935 el PCE se adhiere a la política de crear un Frente Popular que agrupe a todas las fuerzas de izquierda. Tras la victoria electoral del Frente Popular el 16 de febrero de 1936, el prestigio del Partido Comunista creció rápidamente: en cinco meses pasa de 30.000 a 100.000 afiliados.

Desde que estalló la Guerra Nacional Revolucionaria (denominación que le dio el partido a la Guerra Civil), la estrategia del PCE fue siempre la de buscar la unidad contra la reacción golpista, formando un Frente Popular que aglutinara a todas las fuerzas leales a la República, incluyendo a la pequeña burguesía y a determinados sectores de la media burguesía.

Así, prestó su apoyo para organizar la lucha contra el fascismo desde el primer gobierno constituido durante la guerra, el presidido por José Giral, de Izquierda Republicana (IR).

En Madrid, la mayoría de los militantes del PCE colaboraron en el cierre de los caminos de acceso a la ciudad. Al mismo tiempo, el partido realizó un denodado esfuerzo para incorporar a la lucha, encuadrando en los primeros batallones de milicias a millares de combatientes antifascistas. En Barcelona, tras derrotar a las guarniciones sublevadas, se constituía el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC).

En esa lucha, que se desarrollaba de un extremo a otro del país, tomaron parte desde el primer momento los dirigentes comunistas José Díaz, Dolores Ibárruri, Vicente Uribe, Pedro Checa, Evaristo Gil y Antonio Mije, además de los dirigentes de las Juventudes Socialista Unificadas, Santiago Carrillo, Trifón Medrano, Fernando Claudín y otros.

Durante este periodo, el número de afiliados al PCE siguió en ascenso, así, a finales de junio de 1937 la militancia fue estimada en 301.000 afiliados, a los que habría que sumar los 22.000 afiliados a la sección vasca y los 60.000 de la sección catalana del partido.

El gobierno republicano solo recibió ayuda de la URSS y México, escasa en comparación con el inmenso apoyo militar y armamentístico que la Alemania nazi y la Italia fascista dio a los sublevados.


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