Hace poco más de un mes, concretamente el 7 de febrero, una vecina de Puerto de Sagunto cumplió 110 años. Se trata de Julia Bascuñana Herrada y es la persona de más edad de la Comunidad Valenciana. Nacida en Belmonte (Cuenca) el 7 de Febrero de 1911 y procedente de Benagéber llegó a El Puerto el 3 de febrero de1957. En la actualidad vive en la calle Toledo. Tiene dos hijos, mi buen amigo Antonio Carrasco y su hermana Milagros; de ellos nacieron nietos: Jairo, Gisela, Raúl y Alberto y también cuenta con cuatro biznietos. Pero lo más llamativo es que sigue viviendo sola, aunque actualmente su hija pasa la noche con ella.

El liderazgo de edad en la Comunidad Valenciana lo tenía Teresa Velázquez Andrés con 111 años y vecina de Segorbe, que falleció en noviembre del pasado año 2020.

En cuanto a la más longeva de España es María Branyas que reside en Santa María del Turia de Olot (Cataluña) que el pasado 4 de marzo cumplió 114 años y se da la circunstancia de que el año pasado superó el coronavirus.

Y puestos a dar datos veo en un estudio de longevidad en España que entre las diez persona más mayores sólo se encuentra un hombre y las nueve restante son mujeres. Esto se confirma en un estudio que sitúa la esperanza de vida de las mujeres españolas en 85,8 años, mientras que la de los hombres apenas supera los 80,1.

Pero si nos preguntamos quién ha sido la persona de más años que ha existido en el mundo, según los datos que yo he recogido se trata de Jeanne Louise Calment, de Arles (Francia) que vivió desde el 21 de febrero de 1875 al 4 de agosto de 1997, es decir 122 años y 164 días.

Bueno, pero volvamos a nuestra vecina Julia a la que conocemos muy bien en mi familia y que hasta hace pocos años aún podíamos ver en los oficios religiosos de la parroquia de San José.

Pero me resulta extraño que a la persona más longeva de la Comunidad Valenciana no se le haya dado la publicidad que merece, porque es una agradable noticia, y para vosotros una suerte, amigo Antonio, poder disfrutar de tu progenitora durante tantos años y con una aceptable calidad de vida. Quizá a mí se me note un poco que hablo desde una envidia sana, porque yo perdí a mi madre cuando ella tenía tan sólo 50 y yo 26.

Espero y deseo que la felicidad que estoy seguro tenéis en vuestra familia a la que me uno por la amistad que siempre hemos tenido, sea duradera. ¡Muchas Felicidades!, y dale un abrazo de nuestra parte.