El post 8-M

Viernes, 12 Marzo 2021 21:08

Ya ha pasado el 8-M, con sus más y sus menos, dejando en general la sensación de que ellas son imparables. No por lo que se haya hecho ese día y otros años en esa misma fecha, sino porque el feminismo es un movimiento que no cesa, y detrás del 8-M vienen el 9, el 10, el 11; justamente hoy, 12, está más fuerte y vigente que el pasado 8, pero menos que mañana. Esto, los hombres, tenemos que aceptarlo sí o sí, con distintos ánimos o distintos humores, pero la Historia, en este caso, está claro que se decanta por la victoria de ellas. Entendedlo: nos puede gustar o no, podemos alegrarnos o ponernos a llorar, pero a ellas ya no hay quien las pare. Y esto que digo vale para aquí, pero también para Ruanda Burundi, donde tardará algo más, pero también llegará.

Independientemente de lo que ocurra en los 8-M y alrededor de ellos, lo que ya no tiene discusión es que el feminismo ha resultado la idea triunfante en su larga batalla contra el patriarcado. Los métodos sutiles y elaborados ya no cuelan desde hace tiempo, ellas han espabilado y ya no se tragan ningún cuento, el machismo violento e incluso asesino, ya no resulta intimidatorio, porque ahora, un nuevo crimen, no colabora a recluir a las mujeres, muy al contrario: hoy, un nuevo crimen las saca de nuevo a la calle, haciendo retroceder al machismo bastantes kilómetros.

Desgraciada o afortunadamente, según se mire, para acabar con el feminismo solo caben dos opciones, no existen más, no hay otras alternativas. Ambas dos son extremadamente radicales, pero serían muy efectivas. La primera de ellas sería acabar físicamente con todas ellas, no dejar ni una, empezado por nuestras madres y hermanas y, me da la sensación, de que esta solución no os gusta. A mí tampoco, además, no resultaría práctico. Únicamente la apunto porque hay algunos imbéciles que parece que optan por esto, de ahí procede la larga lista de horrendos crímenes machistas, tan estúpidos como inútiles.

El segundo, el bueno, el refinitivo, es complicado, pero más eficaz que la vacuna de la viruela: se trata de que los hombres, todos juntos, haciendo un esfuerzo, un gran esfuerzo, decidiésemos acabar con el machismo. ¿Os lo imagináis? ¿imagináis un mundo donde, pacíficamente, sin ninguna clase de violencia física, social ni mental, acabásemos con el machismo y, por tanto, también con el feminismo? ¿Alguien puede dudar que sería un mundo más justo, más agradable, donde se podrían aprovechar para bien las distintas capacidades y sensibilidades de tod@s? Esto no sería Jauja, llegar a eso es imposible, pero disfrutaríamos de una sociedad infinitamente más justa, donde, estas energías desperdiciadas en batallitas reaccionarias, podríamos dedicarlas a más fecundas empresas.


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