Otra vuelta de tuerca

Viernes, 05 Febrero 2021 21:06

Escuchando los datos esta mañana cuando iba hacia el trabajo, de los fallecidos en lo que llevamos de pandemia, estremece tomar conciencia de la cantidad de familias que se han quedado huérfanas de padres y madres. A espera de las cifras finales sorprende la anestesia con la que nos tomamos las 60.000 personas que han perdido la vida por la COVID-19. Casi la mitad en Residencias de Ancianos.

Seguimos confinados a espera de que empiece a aplanarse el pico de contagios en nuestra comunidad y en nuestra localidad; hemos salvado la navidad: sí, parcialmente, todo hay que decirlo, porque las normas de cierre de comercios, hostelería, etc.., no han hecho si no ahondar en la precariedad de un sector severamente castigado en esta crisis pandémica.

La salud, ese mito colectivo, ha quedado subyugada, por preservar la existencia, la vida, todo se ha convertido en una función de teatro trágica, donde algunos niegan la realidad de la gravedad del virus y entorpecen la labor de miles de profesionales, el esfuerzo de todos aquellos que cumplen con las normas y socaban recursos de las instituciones y del gobierno.

La interrelación social está directamente entrelazada con el comportamiento de los demás. Lo que hacemos de manera individual incide en el resto, con el inconveniente de que se ha demostrado lo incontrolable que puede llegar a ser el comportamiento de las personas, el sentido de colaboración bien entendida no se ha puesto en práctica, más bien al contrario. Ha prevalecido el interés particularísimo de cada individuo. Todos hemos demostrado lo bien que nos sabemos cuáles son nuestros derechos, pero poco hemos atendido a nuestras obligaciones como seres sociales que somos. Los perjudicados, los más débiles, aquellos que no tienen margen de elección y que todo les viene impuesto.

Habrá que revisar con calma el modelo social y asistencial de las residencias de mayores cuando todo esto pase. Pero no solo eso, también sería necesario reconfigurar el Consejo Interterritorial de Salud, hacerlo más ágil, y también menos competitivo. La colaboración y la cooperación deben fluir para que toda la ciudadanía vea atendidas sus necesidades asistenciales por igual viva en la Comunidad que viva. Algunos dirigentes políticos viven en una especie de “hibernación preconsciente” donde toman decisiones cortoplacistas con una visión basada en el reduccionismo sin tener en cuenta que pueden desembocar en manifestaciones erróneas del comportamiento colectivo.

Impresiona mucho, muchísimo, levantarse y acostarse con el silencio de la ciudad, una ciudad como la nuestra, bulliciosa y llena de vida, donde los espacios comunes de disfrute de ocio permanecen cerrados, a la espera del retorno a la regularidad. Esperemos recuperar la normalidad cuando todos podamos estar vacunados y hayamos generado inmunidad de grupo, mientras tanto volver a incidir en las medidas de prevención sobradamente publicitadas: distancia, mascarilla, y lavado de manos. Nos enfrentamos a un enemigo implacable, un escenario inimaginable, ni en nuestras peores pesadillas hubiéramos conjeturado que nos tocaría enfrentarnos a un virus que se ha extendido a lo largo y ancho del mundo. Para una generación como la nuestra, que se ha desarrollado dentro de unos niveles de libertad y comodidad de la que no gozaron nuestros padres y mucho menos nuestros abuelos, es difícil gestionar el confinamiento y las normas restrictivas, acostumbrados a la libertad de movimientos y de toma de decisiones, todo esto nos ha sobrepasado.

Mucha gente ha notado como su situación económica se ha visto perjudicada seriamente; la economía debe remontar con las ayudas provenientes de los Fondos Europeos y la aprobación de los Presupuestos del Estado. El esfuerzo ha de estar a la altura de las circunstancias, pero sobre todo debe apreciarse en la institución más próxima al ciudadano como es el Ayuntamiento. Su implicación y celeridad en resolver los problemas más acuciantes de la sociedad bajo su paraguas de influencia, debería ser una premisa incuestionable, hablamos de procesos de deconstrucción para ofrecer todos los recursos económicos inexcusables, y poder estar cerca de las necesidades de los ciudadanos y ciudadanas de este Municipio en su conjunto.

Se trata de procurar no dejar a nadie atrás.


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