La pandemia nos está afectando a todos en mayor o menor medida, sin embargo, aquellas actividades, como la hostelería y el comercio, son las que se están llevando la peor parte, entretanto, los gigantes de la distribución por internet están haciendo su agosto desde que empezaron las medidas restrictivas, sin que se haya establecido ninguna limitación a estas multinacionales, como, por ejemplo, sí han hecho en Francia. Ya veremos qué negocios de autónomos y PYMES quedan en pie después de esta crisis.

Tampoco se termina de entender que los ciudadanos vayan a trabajar en el transporte público como sardinas en lata y, sin embargo, no se puedan sentar en una terraza, al aire libre, para disfrutar de un café. Son muchas las contradicciones que estamos viendo, esperábamos la vacuna como agua de mayo y, cuando llega, no hay personal suficiente para administrarlas, por si faltaba algo, Europa ha firmado con las farmacéuticas unos contratos tan poco concretos que ahora no se les puede obligar a que cumplan aquello a lo que, al parecer, sí se comprometieron. No sé a qué están esperando para hablar con los rusos o los chinos, que también han desarrollado estos tratamientos. Poco importa que el gato sea blanco o negro, si caza ratones. En definitiva, un desastre de gestión de principio a fin, primero, para ponerse de acuerdo con los fondos de ayuda europeos y, ahora, con la adquisión de las vacunas. Que Dios nos asista.

Pero, volviendo al plano local, cabe resaltar las ayudas contempladas en el Plan Resistir, aprobado por el Consell, que está pensado, precisamente, para ayudar a la hostelería y el comercio, entre otros sectores. Sabido es que no compensará, ni de lejos, las pérdidas ocasionadas, pero, ante tanta adversidad, cualquier apoyo puede ser vital. A la comarca del Camp de Morvedre le ha correspondido un montante total de 2.298.921 euros, de los que el municipio de Sagunto, por ser el mayor en población, gestionará 1.730.205 euros. Lo que hace falta ahora es que, desde los ayuntamientos, que son los que administrarán estos fondos, se agilice su tramitación al máximo, que, en este aspecto, también podría decirse que llueve sobre mojado. A ver si va a resultar que los autónomos y las PYMES se tienen que enfrentar nuevamente a una maraña de trámites burocráticos que, para cuando la superen, ya habrán echado el cierre.

Cuando se toma la decisión de paralizar temporalmente la actividad de sectores económicos como el comercio o la hostelería, se ocasionan graves perjuicios a los autónomos, las PYMES, sus trabajadores y sus proveedores, es una reacción en cadena, por eso es necesario que sean muy ágiles a la hora de asignar las ayudas. Veremos.