25N: Reivindicando un año más el cese de la violencia machista

Viernes, 20 Noviembre 2020 20:06

Ayer saltaba la noticia: el ministro Pedro Duque cancelaba su participación en unas jornadas de la UIMP por la desproporción del sexo entre los ponentes: 17 hombres frente a dos mujeres. ¡Bravo por el ministro! La invisibilización de las mujeres también supone una forma de violencia. Las llamadas políticas transversales de igualdad anticipan, la mayor parte de las veces, lo que va a ocurrir, acaba por diluirse en la inexistencia o ausencia de presencia en muchos ámbitos, es más sutil eso sí.

En lo que llevamos de año, 41 mujeres han sido asesinadas según los últimos datos oficiales. Datos que se han ido naturalizando socialmente en el tiempo, con el consiguiente riesgo de convertirse en algo puramente simbólico. La conmemoración del Día Internacional contra la Violencia Machista ha pasado de tener un carácter puramente reivindicativo y de recuerdo a las víctimas, a convertirse en muchos casos en actos lúdico-festivos. Tanta diversificación lo único que consigue es desdibujar la esencia del 25N, que no es otra que exigir el cese de la violencia machista.

Cualquier atisbo de minimizar la relevancia del número de mujeres asesinadas cada año a manos de sus parejas, exparejas, maridos, novios, etc..., es de igual manera una forma de violencia, porque cabe recordar que la violencia machista no es más que una forma de ejercer poder y lo hacen porque pueden.

Preocupa, y mucho, la negación de la violencia, como también duele la falta de apoyo unánime de los muchos hombres que no ejercen violencia alguna. Por eso gestos como los del ministro Duque son tan importantes. Si se quiere erradicar la violencia es ineludible reparar el daño causado pero también aprender de los errores.

Existen multitud de movimientos feministas, todos ellos muy activos en redes sociales, todos ellos coincidentes en poner sobre la mesa que se lleva decenas de años, por no decir un par de siglos, luchando por la igualdad. El feminismo es un movimiento político cuyo objetivo es la transformación social, la justicia social y la emancipación plena de las mujeres, es decir la igualdad de oportunidades. Somos más de la mitad de la población mundial, si por algo se ha caracterizado el feminismo es por su solidaridad con todo tipo de movimientos sociales, y aun así se sigue desperdiciando todo ese potencial humano. Más todavía, se continúa prostituyendo, mutilando, matando y vendiendo a mujeres y niñas en una violencia que no cesa. Hablamos de violación de los Derechos Humanos.

Las nuevas formas de violencia contra las mujeres tienen que ver con la neolengua; se nos dice que vamos hacia una “sociedad líquida” intentando imponer un debate dentro de la izquierda que no es tal. El movimiento contra “el borrado de mujeres” va ganando adeptos porque esas nuevas teorías intentan convertir deseos en derechos. Nos referimos, por ejemplo, a la controversia sobre los vientres de alquiler o la teoría queer.

El enorme esfuerzo que supuso sacar adelante la Ley de Violencia de Género no puede verse en entredicho por nuevos postulados que deben, sí o sí, encajarse en el ordenamiento jurídico. El feminismo nunca ha sido excluyente. Los derechos de unos no pueden contraponerse a otros. Es necesario un diálogo sincero ante el cuestionamiento de conquistas básicas como la lucha contra la violencia de género, las políticas de igualdad efectiva entre mujeres y hombres, las políticas de acción positiva que promueven la identidad y la autonomía de las personas para su propia autodeterminación.

Los derechos deben ser garantistas. Hagamos entre todos una sociedad más justa e igualitaria sin menoscabar los derechos de otras personas. Acabemos de una vez por todas con la violencia machista.


Si le ha interesado esta información, puede unirse a nuestro canal de Telegram y recibirá todas las noticias que publicamos para el Camp de Morvedre. Síganos en https://t.me/eleco1986

 

 

SUCESOS

SALUD