Me ha llegado la grata noticia de que un nutrido grupo de personas están fraguando un homenaje a Eulogio Sampedro i Eduardo, un gran profesor de música y compositor valenciano que desarrolló gran parte de su actividad en nuestra población, poniendo todo su tesón y esfuerzo para conseguir una buena educación musical para nuestra juventud. Aunque yo no llegué a pertenecer a ella, le conocí y le recuerdo con admiración como director de la Coral Polifónica Porteña, sustituyendo a su fundador José Sanchis Cuartero. Con esta coral yo colaboraba actuando como rapsoda en los entreactos. También sé que cuando sólo contaba con 25 años ya dirigió la Orquesta de Cámara de la sociedad musical El Micalet, de Valencia; y tengo entendido que perteneció como profesor de solfeo y Jefe de cuerda de Tenores a la famosa Coral Polifónica Valentina, que fundó Agustín Alamán y que Eulogio llegó a dirigir.

En El Puerto, dejó huella su gran labor al frente del Coro Infantil y el Orfeón Polifónico Joaquín Rodrigo (de alumnos y profesores) del Instituto Camp de Morvedre, con el que consiguió premios a nivel nacional. Asimismo compuso el himno de este instituto, con letra de Luis Guarner, con el que colaboró en varias ocasiones, así como con el eminente músico, profesor y compositor local, Vicente Sanjosé Huguet que fue Académico de la M.I. Academia de la Música Valenciana.

Pero quizá lo que más me motiva glosar la figura de este gran músico y adherirme a solicitar un merecido homenaje a su extraordinaria labor de educación musical, fue su gran dedicación como profesor de música de algunos colegios municipales y, sobre todo, la creación de la Academia Municipal de Música Sagunto-Puerto. Él mismo matriculaba a los alumnos y les llevaba con su coche al conservatorio de Música de Valencia, porque aquí entonces no había conservatorio. Más tarde consiguió que viniera un tribunal a examinar a los alumnos en el Colegio Cronista Chabret; así los estudios ya eran oficiales.

Como la educación musical de los jóvenes fue su gran ambición, Llegó a dar clases particulares gratuitamente a niños sin recursos, lo que demuestra el interés que tenía por trabajar en la ampliación de la cultura musical de nuestra población y por la que luchó hasta el final de sus días, aunque lamentablemente no pudo terminar los proyectos que tenia para niños y adultos ya que falleció de una grave enfermedad a los 67 años. En resumen, creo que tiene merecido el homenaje que se le está preparando porque no me equivoco al pensar que la historia musical de nuestra población no se puede entender sin Eulogio Sampedro, una buena persona y ciudadano ejemplar, digno de los mejores reconocimientos.