La semana pasada conocíamos por la prensa la dimisión del gerente de la Fundación de Patrimonio, que prácticamente se ha visto en la obligación de marcharse por la mala situación económica de la entidad que imposibilita el desarrollo de sus funciones. Con la retirada de los socios privados y el incumplimiento de los pagos de los públicos, la Fundación apenas podía mantener la actividad y pagar la nómina de dos personas. Una desgracia más para nuestro patrimonio industrial que parece que no le importa demasiado a ninguna institución pública. Este patrimonio es la herencia de nuestro pueblo y una de sus mayores riquezas, pero no solo es patrimonio de Puerto Sagunto, también lo es de la Comunitat Valenciana y de España.

Este podría ser uno de los complejos industriales de referencia en el Estado, pero no lo es por la dejadez constante que demuestran las instituciones y muchas promesas incumplidas a lo largo de los años. No hace falta que describa con demasiado detalle la situación del patrimonio porque cualquier persona que viva en la comarca lo conoce perfectamente: el complejo de la Gerencia sigue abandonado, la Cooperativa dejada, el Museo Industrial sin acabar, La Nau cerrada... No es que la gran mayoría del patrimonio no se pueda visitar, que ya de por sí es grave, es que se anda cayendo a cachos por la falta de mantenimiento, algunas infraestructuras de forma literal como el Pantalán. Los porteños y las porteñas vemos día tras día como nuestro legado se deja perder por absoluta falta de interés, porque las prioridades siempre están en otro lugar.

Mucho que decir sobre las diferentes cosas que se han prometido en los últimos años. El famoso centro de día que se iba a abrir en la Cooperativa y que Mónica Oltra anunció muy convenientemente a las puertas de las elecciones, ¿dónde está? O el complejo cultural que anunció la Conselleria de Educación y Cultura de Vincent Marzà para La Nau cuando la Generalitat la compró en 2018, ¿dónde está? Ni están ni se ha hecho ninguna actuación hasta el momento. De promesas fallidas ya sabemos mucho en este municipio, ¿recuerdan aquel Campus de las Artes Escénicas que nos anunciaron allá por el 2006 en el que se iban a invertir 28 millones de euros?

El entonces conseller de cultura del PP Alejandro Font de Mora y la alcaldesa del PSOE Gloria Calero nos lo vendieron a las mil maravillas, pero no lo busquen ni en Google Maps porque no lo encontrarán por ninguna parte. ¿Y el Museo Industrial? Otra infraestructura que nos prometieron hace ya más de 11 años y que permanece inacabada tras reiterados anuncios fallidos de finalización de las obras. Hace alrededor de un año tuve la oportunidad de visitar este espacio y me sorprendió ver lo avanzada que está la obra y que realmente con muy poco se podría poner en marcha, aunque falta una cuestión muy importante y que no se comenta demasiado: la correcta gestión del archivo de Altos Hornos que en la actualidad se encuentra en el interior en unas condiciones que no son ni mucho menos las deseadas, y es que estos archivos que recogen la historia de nuestro pueblo y sus trabajadores y trabajadoras es un material extremadamente valioso que también se encuentra en estado de abandono.

Tienen toda la razón los redactores del ‘Manifiesto en defensa del patrimonio industrial y la memoria obrera de Puerto Sagunto’ cuando denuncian la desatención del patrimonio industrial y suscribo punto por punto lo que piden, que no son más que cuestiones básicas para la dignidad de nuestro legado. Este manifiesto tendría que ser un punto de partida para las actuaciones que nuestro patrimonio merece y un llamamiento a la ciudadanía de este municipio, de esta comunidad y de este país para que su memoria obrera se respete y cuide.

La protección legal de las infraestructuras y la adecuada financiación para su restauración son cuestiones básicas, falta liderazgo por parte del Ayuntamiento de Sagunto en esta cuestión y apoyo del resto de instituciones. Hay actuaciones que son urgentes para que el patrimonio no se siga degradando, este pueblo y su memoria no pueden esperar ni un segundo más.