Movilidad marrón

Viernes, 02 Octubre 2020 19:07

Primeros días de universidad y primeros días de autobuses desbordados. Pese a la situación de pandemia en la que se están combinando clases presenciales y clases online, el transporte público a València ya está de nuevo hasta los topes, especialmente en las primeras horas del día. De nuevo se repiten las escenas de usuarios y usuarias del autobús hacinados, sin poder respetar ni por asomo la distancia de seguridad. Tener que depender del servicio de autobuses para ir a estudiar a València siempre ha sido un calvario, pero en esta situación lo es todavía más. No puede ser que un núcleo de población como el nuestro en el que mucha gente estudia o trabaja en València esté tan mal conectado.

Para colmo, el curso empieza con una subida del billete de 3,25 a 3,40 euros en el trayecto desde Puerto de Sagunto. Necesitamos con urgencia una mejor frecuencia de autobuses que alivie la saturación del servicio, para que los viajeros y viajeras puedan hacer sus trayectos con comodidad y, sobre todo, con seguridad. Además, que los precios sean más asequibles, para que el autobús sea una alternativa real y atractiva al uso del coche particular. AVSA debe prestar un servicio digno, eficiente y ajustado en precio a todos los usuarios del municipio, sin diferencia entre núcleos siendo la misma distancia. La Conselleria de Movilidad que permite la subida de tarifas, ¿se preocupa por vigilar el cumplimiento de los términos de la concesión? Dignificar el servicio de autobuses es un mínimo para la vida en este municipio, pero si de verdad alguien quiere impulsar políticas verdes, hay que ir un poco más allá y escuchar las reivindicaciones de los usuarios. Los y las estudiantes reclaman que la parada de la UPV tenga una marquesina en la que poder esperar al autobús, porque actualmente lo hacen a la intemperie, también que haya un servicio de autobuses directo al campus de la UV en Burjassot o un autobús hasta la UJI, que como se hace en la Universidad de Alicante, podría ser concertado.

En el Día de la Movilidad o Día sin Coches, dentro de la Semana Europea de la Movilidad, todos los representantes e instituciones lanzaron discursos grandilocuentes sobre el desarrollo sostenible y la movilidad limpia, pero eso no se acaba traduciendo en políticas reales impulsadas desde esas mismas instituciones, ya sean estatales, autonómicas o locales. No puede ser que hoy en día sea más barato y rápido viajar a València en coche particular que en autobús o en tren. ¿Así es cómo quieren aliviar el tráfico de la V-21 y de València ciudad?

Si València fuese Madrid y El Puerto una de sus localidades del entorno metropolitano, como Fuenlabrada, Móstoles o Alcobendas, podríamos llegar al centro de la ciudad en Metro, Cercanías o autobús, diversificando así la oferta y evitando las bochornosas imágenes de gente de pie en un autobús que circula por autovía, con el peligro y la irregularidad que supone, pero claro, ‘solo’ somos un pueblo del ‘Levante feliz’ y las inversiones desde el Gobierno central para unirnos con València se centran en retomar el servicio de un AVE Madrid-Castellón, que en unos días volverá a circular por las vías de nuestra comarca sin ningún beneficio para sus vecinos y vecinas, mientras que el tren de Cercanías a El Puerto sigue sin llegar y los precios de ida y vuelta desde Sagunto a València o Castellón de la Plana son de ‘clase Business’ pero sin almohada ni aperitivo.

La competencia de prestar un servicio adecuado entre nuestro municipio y València, es tanto de nuestro Ayuntamiento como de la ATMV (Autoridad de Transporte Metropolitano de València), responsabilidad del conseller Arcadi España, que lleva años anunciando una integración tarifaria para el transporte público metropolitano, pero esa posible solución para evitar pagar diferentes títulos de transporte y reducir molestias y costos al usuario no acaba de llegar. Por otra parte, en las elecciones municipales se propuso que el transporte metropolitano fuera completamente gratuito para apostar por un modelo de ciudad con menos coches y parte del gobierno actual se sumó a la idea, pero ¿qué han hecho para llevarla a cabo? ¿o solo fueron promesas electorales que se lleva el viento? En cuanto a políticas de movilidad sostenible solo me viene a la cabeza una palabra: decepción. Suspenso absoluto a todas las instituciones.


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