Septiembre ya está aquí y eso significa que El Económico vuelve de su parón estival para contarnos la actualidad de la comarca, es un placer repetir como columnista en esta nueva temporada en la que habrá mucho que comentar, estoy segura. Para empezar por lo evidente, todos los retos que nos trae el esperado rebrote postvacacional que ya está aquí. Después de un verano más o menos relajado la expansión de la COVID-19 vuelve a coger fuerza en nuestro país, justo en un momento crítico en el que toca volver a los colegios y centros de trabajo de forma generalizada. Septiembre siempre es un mes duro para el común de los mortales —porque poner fin al descanso estival y volver a la rutina nunca es plato de buen gusto— pero este será especialmente complicado porque supone la prueba de fuego en la que vamos a tener que demostrar que podemos convivir con el virus. Las noticias que llegan sobre el desarrollo de vacunas son muy alentadoras pero, hasta que ese momento de control absoluto de la pandemia llegue, vamos a tener que aprender a hacer nuestra vida sin dejar de estar alerta porque el virus sigue acechando allá donde vamos.
Como decía, el principal reto de este septiembre es la vuelta a las aulas, la recuperación de las clases presenciales que son la única garantía de una educación de calidad que permita a todos los niños y niñas desarrollarse independientemente de su situación socioeconómica. La preocupación de los padres y madres en un contexto como este es lógica y normal, pero nuestros pequeños y pequeñas no pueden esperar más, todos los expertos apuntan a que más meses sin clases serían un auténtico drama de cara a su desarrollo académico y personal y, por eso, las administraciones públicas deben de movilizar todos los recursos necesarios para garantizar una vuelta al colegio segura. En momentos críticos como este es cuando se ven más que nunca las costuras de nuestro sistema educativo; precario, masificado y falto de recursos, unas carencias que arrastramos desde hace demasiado y que difícilmente se van a poder solucionar en unos pocos meses, por eso la apuesta decidida por la educación tiene que demostrarse ya, en los próximos Presupuestos Generales del Estado que empezarán a tramitarse este mes y también en las autonomías. Ahora es urgente la bajada de la ratio de alumnos por profesor porque sabemos que los grupos pequeños favorecen la contención del virus, además, necesitamos que nuestros docentes puedan atender con detalle a cada uno de sus estudiantes, especialmente a los más pequeños.
Por otra parte, la vuelta al colegio es fundamental para las familias que tienen que conciliar con la vida familiar con la vida laboral, algo que ha sido especialmente arduo en los meses de confinamiento en los que los padres y madres han tenido que hacer auténticos malabares para trabajar y a la vez educar a sus criaturas. Una situación que han sufrido especialmente las mujeres, que son las que siempre pagan con más dureza las consecuencias de las carencias en el sistema de cuidados. Ahora, es urgente una concreción sobre la fórmula que se utilizará para facilitar la conciliación de las madres y padres que se tendrán que quedarse en casa para cuidar de un hijo o hija en cuarentena, porque para poder cumplir con todas las medidas sanitarias necesitamos un buen sistema de protección social que garantice que nadie se quede sin ingresos por tener que aislarse para evitar la propagación del virus.
Nuestros niños y niñas están deseando volver al colegio para encontrarse de nuevo con sus compañeros y compañeras y seguir aprendiendo, por eso la sociedad y las instituciones tenemos que estar a la altura para garantizar el futuro de las generaciones que vienen. Vamos a estar muy expectantes ante esta vuelta al colegio que esperemos que sea tranquila y feliz. Deseo que todos los lectores y lectoras hayan pasado un buen verano y unas felices vacaciones —si han tenido la oportunidad de disfrutarlas— y que la vuelta a la rutina sea leve.
