Fin, y principio, de curso escolar

Lunes, 15 Junio 2020 12:18

¡Se han desmoñigado! Habemus decisión. Se asomó el cuco a la ventana: ¡cu-cu, cu-cu! Por mi parte, emití un estornudo: ¡achís! Vicent (Marzà) y Miguel (Soler) participaron en la Videoconferencia Sectorial de Educación de la Ministra Celaá con los responsables de las Comunidades Autónomas, y acordaron algo ya conocido: 14 puntos. Parece ser que dos mearon fuera de tiesto. Al día siguiente, ambos salieron, ya digo, y con seguridad fueron salpicando gotas de agua: ¡ploc! ¡ploc! Que “el retorno es lo más idóneo por el bien educativo, social y emocional del alumnado valenciano y del conjunto de las familias”. ¡Hip! (hipo) Que hemos estudiado todos los escenarios posibles”. ¡Ejem!, ¡ejem! (carraspeo). Que “vamos a ofrecer clases presenciales para el curso que viene con espacios seguros, y que todo está muy trabajado”. ¡Ji, ji! (risa contenida). Que “material de higiene y seguridad”, que “desinfección”, que “más limpieza...”. ¡Rin, rin rin! (recreo). Del personal, las plantillas, de los interinos/as, poco.

Como reproducía una amiga en su muro: “Hemos pasado de proponer una mezcla de clases presenciales y ‘on line’, a establecer un límite de quince alumnos por aula, a dar clases en gimnasios… y ahora nos proponen una vuelta normal, como si nada hubiera pasado. No nos parece serio ni coherente”. Es verdad. Hemos pasado un final de curso con globos sondas, emisión de ocurrencias, bandazos, entretenimientos, distracciones, tomaduras de pelo...Bien es verdad que “el asunto” es peliagudo; que estar en sus pellejos, pues que se me antoja como un “pase de mí ese cáliz”; pero ¡hombres! que el Derecho a la Educación lo han postergado a conveniencia, estando más atentos a turismos, bares, fútbol-es, que a lo ordenado por la propia Constitución. Parece, eso sí, que para la Etapa obligatoria, de momento, han tenido que calmar a los buitres de las tecnológicas e informáticas varias, y han dejado lo “online” para después, pidiéndoles, imagino, calma.

El fin de curso escolar está ahí. Como mucho, le queda una semana (en general). Este “San Juan” será diferente; aunque confiamos en que la paga y la extra, la pensión, lleguen puntual. Debemos consumir para levantar el país. No habrá investiduras con colocación de birretes, ni fiestas, ni playblack, ni merendolas, y los whatsapp de grupos no registrarán tanta actividad. El profesorado alzará “la mano”, y descansará. Todos contentos a la playa. Todo el mundo merece un bronceado.

Reproduje hace unos días en las redes sociales de la profesión, una ocurrencia significativa en forma de frase (desconozco autor, aunque se me antoja ser de autora) que decía: “Que ganas tengo de que mis hijos acaben el colegio para saber qué notas he sacado” (añadía emojis diversos de alguien que, por lo menos, se lo tomaba con humor). ¡Jo, jo, jo! (risa socarrona). Pues eso. Una buena frase para un final de curso. Muchas acciones de risa, pero más bien ningún comentario o relato de la experiencia habida.

Para el principio del nuevo curso escolar (fijado aquí con anterioridad para el día 7 de septiembre) ya conocemos por lo menos “algo”. Lo que no quiere decir que de aquí a entonces...Surgirán nuevas ocurrencias. En las decisiones tomadas, sin duda, han tenido algo que ver las necesidades familiares y domésticas, (más y por delante) que con las propiamente sanitarias y las del Derecho a la Educación. Espacios, ratio, comedor, transporte, turnos, horarios, modelos de organización, responsabilidades, salud laboral del profesorado, entre otros, será lo que marcará el inicio. Prestemos atención a las “rottenmeier” que podrán venirse arriba; a los “manu militaris”, a los “copiones” de los modelos escolares chinos (¡horror!).

A ver si es verdad que Marzà y Soler (mis amigos para siempre) se creen aquello que manifiestan (¡Ahora!) ante las alcachofas mediáticas. Que “los Centros son espacios de aprendizaje, pero también de socialización y desarrollo emocional de los niños, niñas, y jóvenes. Espacios de relación y principal instrumento de la reducción de las desigualdades” (del intento, diría yo). Merecidas vacaciones para todos y todas. Disfrute, con permiso del COVID19. Cristal con cristal: ¡chin-chin!, ¡tintín!


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