¿Iguales?

Viernes, 12 Junio 2020 19:07

Esta semana quiero hablar de la igualdad. Estoy hasta los mismos… de oír siempre la dichosa frase de que: todos los políticos son iguales. Eso es tan verdad como la estupidez de que todos los fontaneros son iguales, o los dentistas, o los empleados de correos… Me cabrea mucho este estribillo machacón, más falso que unas castañuelas de esparto, un estribillo que se oye por todas partes, y que, sin embargo, resulta muy difícil de refutar porque los múltiples medios de desinformación, y muchos de los propios políticos, se encargan de ponérnoslo difícil a las personas que creemos en la dignidad y en la necesidad de la política.

Yo debo ser uno de los “ingenu@s” que, ni me he desengañado de la política ni pienso desengañarme. Creo sinceramente que la política no solo es algo bueno, sino absolutamente necesario e imprescindible. Naturalmente, si la política es necesaria, alguien la tendrá que hacer, y esas personas, en el menos malo de los sistemas, el democrático, las elegimos nosotros, luego somos nosotr@s, principalmente, l@s culpables de que estén arriba los malos políticos.

Somos tan “petardos” eligiendo, que muchas personas válidas, cabales y honestas no se presentan a elecciones porque saben de qué va la cosa y les tenemos demostrado que cuando se “mojan” en vez de apoyarlos los dejamos solos, por comodidad, por dejadez, por desidia… y también, en algunos casos, por cobardía.

Somos nosotr@s los que ponemos en puestos relevantes a personas que nos consta que han dicho que “yo estoy en política para forrarme” y luego, para eludir responsabilidades, nos excusamos diciendo que nos han desengañado. En algunos casos, esto puede ser verdad, pero la actitud correcta no es decir que me ha desengañado la política, sino que me ha desengañado Fulano o Mengano, o tal o cual partido. En ese caso lo tienes fácil: castígalos, no los vuelvas a votar.

Pero lo que yo observo en la práctica, se parece poco a eso. Cuando estoy en una cola, frente a las urnas, veo a personas conocidas, de esas que siempre echan pestes de la política y me pregunto ¿será capaz de votar? ¡Si no cree en la política! ¡Si dice que no entiende! ¿Qué hace aquí con lo cómodo que es quedase en casa?

Y me sigo preguntando: ¿Cuándo dice que ni le importa ni entiende, está mintiendo o está engañándose él solo? Y yo, solo, me respondo: habrá casos y casos. Pero me da la sensación de que la respuesta, en su gran mayoría, es que se trata de las dos cosas a la vez.

Las cosas que más nos afectan son gestionadas por políticos, los cambios necesarios, también. ¿Cuándo asumiremos que es imprescindible reflexionar seriamente sobre ello?


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