IMV versus RB

Lunes, 01 Junio 2020 10:47

En estos días extraños en que vivir _y sobre todo sobrevivir_ se está convirtiendo en una aventura; una suerte de suertes y de colas dando vueltas a las manzanas de los edificios en donde se reparten remedios, en fila y separados, con carros de la compra o bolsas, viene al caso citar la afirmación de Jesús Ferrero en el epílogo de un libro de recetas literarias para mejorar la vida: “La cura depende del remedio más que de la receta, pero es la receta la que hace posible el remedio”. Remedio...receta...cataplasma o salvación.

Entrando en la nueva normalidad diseñada, se van colando poco a poco temas distintos a los leídos, escuchados y soportados en estos casi tres meses de confinamientos. Y así, a nivel nacional, se van generando e introduciendo en las escaletas otros, como la Ley del Juego, la pedrea europea, los cierres patronales, alguna quema de neumáticos, el retorno a los asesinatos machistas, y el “terrorismo” de un ingenuo padre _entonces joven antifascista sin más_ que una portacoza parlamentaria se le ocurrió nombrar en la tribuna de oradores. También, la siempre venerada G.C. del Duque de Ahumada. A nivel local, pues eso: ocurrencias últimas de Quico sobre el FUSIÓN, las penurias de Roberto Rovira y su SAG para pagar, qué hacer con las playas... ¡y cómo no! los sobresaltos de una empresa privada chantajeando, día sí día también (y que no nombro por estar en los sueños terroríficos de la personas que de ella dependen, vecinos porteños y saguntinos).

Sin duda, el tema que se está imponiendo desde hace unos días es el llamado INGRESO MÍNIMO VITAL, versus RENTA BÁSICA, objetivo largamente demandado y esperado desde la izquierda (aunque no lo sea), y vilipendiando por los portavoces de la carcundia política para sacar rédito; sin enterarse de que, precisamente, la derecha del norte del país, y otras derechas europeas del entorno ya lo venían “concediendo” de una forma u otra. Y llegó “el coletas”, y mandó parar _pareciera_. La verdad es que por mi parte siempre la reivindiqué. Quizá porque algo me queda de cristiano y conservador, y sobre todo, consumidor en un “Capitalismo de Consumo” en los llamados países desarrollados. Cómo no asegurar unas entradas dinerarias para que las familias que nada tienen puedan sobrevivir. Bien es verdad que también he estado _que fuese antes_ por el reparto del trabajo, la disminución de beneficios empresariales y alguna cosa más. Pese a ello, urgía intervenir, no se podía aplazar a ver conseguidos otros objetivos. Y verdad es que, también, desde hace unos años ya, me rondaba la cabeza, como contrapunto, que ese reparto “cristiano” -y nada altruista_ era posible gracias a que se nos daba bien esquilmar a otros, robar recursos, aplicar saqueos, y matar si era preciso con nuestras “fuerzas” bien pertrechadas, e impunes. Si no ¿de qué?

El profesor Pedro García Olivo _y a la vez ermitaño, allá por las tierras del Rincón de Ademuz_ escribió hace tan solo unos días _dos folios y medio de impresora_ uno de sus pensamientos documentados al respecto; y si quieren, utópicos _concretamente el 93_ contraponiendo lo que llama “la Muerte Básica”. Creo que es una gozada (se esté de acuerdo o no) y por eso esta vez voy a poner el enlace al final. En definitiva: reparto para consumir. Nos necesitan como consumidores para seguir acumulando beneficios (certeza 1). Me ha impresionado, lo reconozco, que para que haya IMV, tenga que haber un “espejo invertido”, llamado eso: la Muerte Básica”. Y sin embargo, ¿cómo no proporcionar alimento aquí y ahora al que lo necesita si nos los tienen “bien agarrados” para intentar cambiar el mundo?


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Modificado por última vez en Lunes, 01 Junio 2020 11:05

 

 

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