Ante una situación tan extraña e insólita como la que en estos momentos estamos viviendo resulta imprescindible adoptar una actitud positiva y resuelta si se quiere salir del bache con el mayor control de daños posible. Y eso es lo que estamos viviendo en estos momentos: todo un país respondiendo al desafío de una pandemia con una latente muy alta peligrosidad, unidos ante el objetivo de minimizar lo más humanamente posible sus nada buenas consecuencias.
No es ahora momento para ver quien arbitra el partido, ni tampoco averiguar qué táctica vamos a emplear. El silbato ya hace tiempo que sonó y el partido comenzó, así que lo que toca es continuar cada cual en su puesto y seguir a rajatabla las instrucciones del entrenador, que para eso está.
Lo que hemos averiguado, de momento, es que tanto la ciudadanía como el gobierno, responden de forma muy positiva ante este nuevo y desconocido desafío. Ya hemos visto como nuestr@s médicos, enfermer@s, etc, no han dudado de cuál es su papel en este partido y se lo están jugando todo en él. Hay que seguir aplaudiéndolos, hoy, y mañana no olvidarse de lo que les debemos y necesitamos. La lección está clara: no solo hay que revertir el desmantelamiento de la sanidad pública que protagonizaron gobiernos anteriores, sino que hay que, aumentar sus recursos y efectivos. Nos va la vida en ello.
Tampoco hemos de olvidar que existe otro colectivo que se lo está jugando todo, tan intensamente al menos como los sanitarios, voluntarios, etc. Son el personal que trabaja en las Residencias de Tercera Edad. Les toca asumir unos riesgos que, desde luego, no están contemplados en el sueldo. Menudo papelón. Y hay que felicitarlos, porque si no me falla la información a la que he podido tener acceso, en las diferentes residencias para mayores que tenemos en nuestro entorno no tenemos hasta la fecha ningún caso de coronavirus, ni contagiados y, ni mucho menos, fallecidos.
Y, eso, no se debe a una casualidad. Si echamos mano de estadísticas y porcentajes, si sabemos que en todo el Estado el 70% de las residencias están, hasta este momento, sin un solo contagio, si tenemos en cuenta que en nuestro entorno existen más o menos unas diez, hacemos números y … esto quiere decir, rotundamente, que nuestros mayores están en muy buenas manos.
Por ello quiero dedicar esta columna a ese personal abnegado que en estos momentos están sacando las castañas del fuego a todo un país; y muy especialmente a los de nuestra comarca, y me gustaría que les llegase, que supiesen sin ningún tipo de duda que están incluidos, desde el primer día, en los aplausos de todas las tardes.
