Ya no puedo más

Viernes, 24 Abril 2020 12:10

Y ya no puedo más/ siempre se repite la misma historia...”. Así se despachaba, en mi edad moza, el alcoyano Camilo Sesto en su tema “Vivir así es morir de amor”. Pues eso le pasa a mi estructura mental en estos momentos: que ya no puede más. Un cáliz insoportable que a diario, pese a los intentos de esquivarla, me resulta imposible e insoportable. Me alegra no ser el único. Si pongo los noticieros (lo justo) allí que está. Si pongo la radio, se manifiesta irremediablemente. Si pasa Protección Civil por mi calle, la tengo que escuchar a toda pastilla. Si aplauden a las veinte horas, el disjey de turno inicia la sesión discotequera y sensiblera, cargada de naftalina, con ella; y con ella, el comienzo (señal de salida al balcón), y el final de tan solidaria concentración. Es evidente que me refiero a la, ya, tortura del “Resistiré”. Como entonces, por favor, hagan algo.

Y es que “el temita” se ha convertido, adoptado por el poder y abrazado por los Medios altavoces, en una vacuna emocional aplicada a la sociedad confinada, dicen “para seguir viviendo”. Asombro. Yo no veo resistencia alguna, sino obediencia ciega. No digo que no haya que cumplir con la Ley, pero tampoco que se diga que el personal esté resistiendo con una heroicidad cuasi semejante a Cascarro (con su lata). Eso sí: con un adorno en el lenguaje cuasi épico, militarote. Y resulta que dicho tema no es nada más que la plasmación de un bajón, por contrariedad _de ahí su comienzo derrotista_ emocional amorosa, de Carlos Toro (letrista), y un sugeridor Manuel de la Calva (compositor musical), allá por 1988 (acababa yo de recalar en el CEIP Baladre), después de una “resurrección” como grupo, sufrido aquel arrinconamiento casi ineludible por parte de Los Brincos, los Bravos (de mis amores), etcétera. Hay quien me sugirió por la redes que el tema parte de un preso político encarcelado durante 17 años durante el franquismo, y su hijo. No lo he podido contrastar.

Tengo delante de mí el escrito que, con fecha 8 de febrero de 2012 (tres folios con fecha, DNI y firma) envié a la atención de las redacciones de los Medios, incluido éste, contando lo que estaba ocurriendo en mi centro docente de destino entonces (local, y del que no quiero ni reproducir su nombre como tal), en que, adoptado como himno de “lucha” por el profesorado de la CV en sus acciones reivindicativas (en las que yo por primera vez dejé de participar), diariamente, a las 9 horas, salidas y entrada del recreo, salida mañanera a las 12 horas, entrada vespertina, y salida liberadora a las 17 horas, sonaba machaconamente, durante 10 minutos por la megafonía del centro: el tema “Resistiré” ¡cómo no. Desde entonces le tengo inquina. Si se olía el fracaso por el desaire de los clientes y la poca empatía mostrada con sus reivindicaciones corporativas, entonces el volúmen se aumentaba (supongo que como tortura y represalia, producto de una risa tonta). Aquello acabó como el rosario de la aurora, y tan árdua y revolucionaria lucha terminó con la adopción acordada de eliminar cualquier actividad fuera del centro (y celebración dentro), perjudicando claramente a los alumnos y al prestigio cada vez más decadente de la Escuela Pública (de esa escuela pública). Era cierto que comenzaban los recortes.

Luego vino El Intermedio y La Sexta. Y ahora, vuelve a aparecer, donados los derechos, para continuar el martilleo por todos lados. El Régimen la adopta como himno para subir la moral. ¿Resistir? ¡Qué coño resistir! Acatar sin rechistar. El Capital financiero tiene problemas, tiene que recoger beneficios, y nos llama a ser sus soldados, desviando la atención en un enemigo invisible llamado “virus”. Veremos si es evolucionado, creado, o qué. Las consecuencias son visibles, aunque sean malcontadas.


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Modificado por última vez en Viernes, 24 Abril 2020 12:15

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