El aplauso

Viernes, 27 Marzo 2020 19:09

Aplauso fue un programa musical que TVE emitió desde 1978 a 1983. En este espacio se premiaba a los mejores intérpretes de la canción, humoristas, niños (también tuvo su programa infantil) y fue muy seguido por la audiencia. Por eso en estos días, cuando por las tardes, a las ocho las ventanas se llenan de mayores, pequeños, famosos o no famosos, pudientes y no pudientes, para aplaudir a quienes cuidan de nosotros en todos los campos: sanitario, alimentario, transportes, seguridad ciudadana, limpieza y un largo etc., me he acordado de aquel programa, porque ahora, también estamos premiando a los mejores, a quienes hacen posible que la vida continúe a pesar del confinamiento.

Sin embargo, este aplauso tiene un doble sentido: primero premiar la ayuda y colaboración de personas que están dando, en ocasiones hasta su vida, y segundo descubrir que aún en la distancia somos una gran familia, conocer más a nuestros vecinos a pesar de no salir de casa. En definitiva disfrutar de la solidaridad humana.

Pero sin pensar de ninguna manera que sea buena esta grave situación por la que estamos pasando, hay otro premio que estamos ganando en estos momentos: hacer lo que no nos gusta, para beneficio del bien común, escuchar mucho a los demás (familia, vecinos, amigos, compañeros de trabajo o de juego, etc), aunque sea por teléfono, cosa que hasta habíamos olvidado; apreciar la buena compañía de un buen libro; hacer ejercicio en compañía de nuestros hijos; oír música tanto en casa como en los conciertos improvisados con que nos deleitan vecinos desde las ventanas; bailar al ritmo de nuestros ritmos preferidos; jugar de la forma que nos sea posible, sólos o acompañados; meditar, cosa que la ajetreada vida que llevábamos nos impedía hacer; si somos creyentes tener más tiempo para rezar, solos o a través de los medios de comunicación que nos ofrecen a diario diversas formas de hacerlo. En definitiva alguno se ha encontrado con su propia sombra que hace tiempo había perdido y todos, seguro que hemos empezado a pensar de forma diferente.

Tampoco hemos perdido la esperanza de que todo esto pasará, que la inmensa mayoría de los enfermos sanarán y entonces las personas nos encontraremos de nuevo físicamente y habrá un cambio de nuestras vidas a mejor. Soñaremos nuevas ilusiones, nuevas formas de comportamiento, y comprobaremos que también la tierra ha sanado porque estamos aprendiendo a cuidarla mejor.

Yo así lo espero. Sé que voy a seguir hablando más con mis amigos y familia distante, que voy a tener mayor y mejor convivencia con mis vecinos, con mis compañeros de ocio y asociaciones. Y deseo que todo esto le ocurra también a mis lectores. Un abrazo virtual a todos.


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