Una oportunidad

Viernes, 27 Marzo 2020 19:08

Parece que, poco a poco, vamos entendiendo que estamos en una situación especial, que algo nuevo, poco habitual para estas últimas generaciones está sucediendo. Al principio parecía increíble, pero ahora ya nos lo vamos creyendo. Nadie sabe qué puede suceder, estamos ante una situación muy abierta en la que cualquier cosa no deseable es posible que pase.

Lo primero que ya nos hemos tenido que plantear es adaptarnos, cada cual según y cómo sea su situación. Esto puede ir para largo. Lo mejor, para salir de esto de la mejor manera posible, es hacer caso al cien por cien a las instrucciones que provienen de las autoridades sanitarias y gubernamentales. Todo lo demás sería un ejercicio de estupidez e insolidaridad.

Está claro que esta crisis no va a ser una de tantas, que habrá un antes y un después, y que aquí y ahora, estamos inmersos en un importante momento de inflexión para la humanidad, por tanto, lo interesante sería aprovechar la ocasión para hacer lo que generalmente debemos hacer ante cualquier tipo de crisis: aprender. Deberíamos sacar provecho de esta oportunidad y reflexionar seriamente acerca de temas que antes, en situaciones normales, nos parecían lejanos o utópicos. Ahora que tenemos motivaciones especiales y tiempo para pensar, no estaría de más aprovechar para meditar acerca de la actitud que hemos de tener una vez que todo esto pase. Porque, seamos conscientes, esta crisis independientemente de su gravedad, por mal que pueda acabar, no es la peor amenaza que se cierne ante nosotros, me estoy refiriendo por ejemplo a un cambio climático que se nos viene encima sin que hasta el momento hayamos dado la sensación de querer enterarnos.

Esta crisis habría de servir para recapacitar sobre el modelo de sociedad que necesitamos, no para salvar al planeta, sino a nuestras futuras y no tan futuras generaciones. Si no tomamos consciencia, y por tanto conciencia, de las medidas y cambios que debemos realizar en nuestro actual sistema de vida y en los modos de producción; que este papel no es solo para los políticos ni del capital financiero; que tenemos un papel en la sociedad y lo más estúpido y suicida que podemos hacer es renunciar a jugar ese papel. No debemos ni podemos dejar las responsabilidades sociales en manos ajenas, los protagonistas hemos de ser todos. ¿No consiste en eso la democracia?

Hay una verdad incuestionable: los políticos suelen ser un fiel reflejo de sus pueblos. Es muy cómodo echarles la culpa de todo: aquí somos todos responsables. Este, ahora, es un excelente momento para reflexionar, repensar, meditar y profundizar en aquellas cosas serias para las que solo hace un mes parecía que no teníamos tiempo. Aprovechémoslo.


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