Un virus llamado machismo

Viernes, 28 Febrero 2020 19:14

El coronavirus (COVID-19) está en la boca de todo el mundo, ‘coronavirus por aquí y coronavirus por allí’, pero ahora mismo hay un virus que me preocupa más. Mientras que el coronavirus ha matado, de momento, a exactamente cero personas en España, el machismo solo en 2020 ya lleva 14 víctimas, tres de ellas en menos de 24 horas. No quiero ni pensar en la reacción social y política si en un día hubieran muerto en España tres personas por coronavirus. Efectivamente, el machismo mata más que el coronavirus, pero es el segundo el que se lleva bastantes más minutos en televisión o el espacio más destacado en las portadas. Para el coronavirus, de momento, no hay vacuna, pero por suerte para el machismo sí la hay, se llama educación y es tan peligrosa para los que quieren que se siga propagando que se han inventado una cosa llamada PIN Parental para privar a los niños y niñas de una educación en igualdad. No hay quien lo entienda.

Ojalá los gobiernos de todo el mundo pusieran el mismo interés en acabar con los feminicidios que con los virus, pero da igual, la violencia hacia las mujeres está tan normalizada que es invisible, mata la indiferencia. No es casual, por supuesto, que el poder a nivel mundial lo sigan sustentando los hombres. Y sí, por supuesto que hay algunas mandatarias importantes, pero siguen representando una ínfima parte, solo que hay que mirar las fotos de los líderes mundiales en foros como la ONU o Davos donde casi cuesta encontrar a una mujer en la imagen. ¿Y sabéis qué? El coronavirus les importa más porque mata por igual a hombres y a mujeres, el machismo les da igual porque las que mueren son solo las mujeres.

Por otra parte, las muertes no son el único síntoma del machismo. Discriminación, mayor riesgo de pobreza, brecha salarial, agresiones sexuales… Aún esta semana se escuchan voces que claman por la inocencia de Plácido Domingo, ¡cuando él mismo ha reconocido que acosó sexualmente a varias mujeres! Así es la alianza machista, más fuerte que la evidencia. Pensemos por un momento en cómo se sienten las mujeres acosadas, cuando hasta con la confesión del agresor se sigue cuestionando su relato. Ha pasado en este caso y en otros como el de Harvey Weinstein, hombres blancos, ricos y poderosos que no han dudado en utilizar su condición de privilegio para agredir con impunidad. Por suerte, la sociedad está en proceso de transformación; Weinstein ya se enfrenta a un juicio y a Plácido Domingo se le empiezan a retirar los reconocimientos institucionales.

Qué importante va a ser la ley de libertad sexual o ‘ley de solo sí es sí’ que prepara la ministra de Igualdad Irene Montero, que llevará al Código Penal de consentimiento explícito. Pero esto solo es el principio, a este país aún le queda mucho que recorrer en el camino hacia la igualdad y son muchas las políticas que todavía están pendientes y que el movimiento feminista está pidiendo. De hecho, el próximo 8 de marzo volveremos a salir a las calles de todo el mundo de forma masiva para seguir reclamando igualdad. Porque las políticas son muy necesarias, pero el empuje del movimiento desde la calle para impulsarlas o respaldarlas es imprescindible, sobre todo en un momento en el que el patriarcado y sus aliados se resisten con uñas y dientes al progreso. Aquí, en el Camp de Morvedre la Coordinadora Feminista ha convocado una manifestación a las 11:30 horas en la Plaza de la Concordia, en la Playa de Puerto de Sagunto. No se me ocurre mejor forma de pasar el domingo que reivindicando igualdad de forma colectiva. ¡Espero veros allí a todas y todos!


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