La quimiofobia

Viernes, 31 Enero 2020 19:55

Hace ya varios lustros que en conversaciones acerca de alimentos y productos higiénicos como cremas, perfumes, desodorantes, o vacunas, se viene oyendo, cada vez con más frecuencia, la frase “esto tiene química”, dicho lo cual parece que ya no haya mucho más que añadir. Se trata de unas frases que, pronunciadas en el contexto al que me refiero vienen cargadas de negatividad, ya sea por desprecio o temor a esa ciencia tan “peligrosa” y “nociva”.

Al parecer, según quienes así se expresan todo el mundo sabe o debería saber que la química es algo muy peligroso y perjudicial, una amenaza para nuestra salud, y que, por desgracia, está muy presente en este mundo moderno donde las grandes corporaciones farmacéuticas, petroquímicas, etc, juegan con nuestra salud con la complicidad expresa de los gobiernos y sus departamentos y agencias sanitarias.

Nada más lejos de la realidad. No hay que ser ningún lince para darse cuenta de que en un mundo tan complejo como el actual, sería imposible la vida si no hubiese una decidida intervención de las autoridades sanitarias para evitar epidemias, intoxicaciones, tanto individuales como también masivas, alimentos y productos para el hogar en mal estado o faltos de control sanitario. Para lograrlo es vital y absolutamente necesario el uso, acertado por supuesto, de productos químicos. Y ¿quién está llamado a controlar esto? El Estado, por supuesto, a través de sus organismos competentes, dotados de excelentes profesionales, laboratorios y medios, incluyendo los coercitivos, para poder ser garantes de una sanidad pública adecuada a los problemas reales existentes y futuros.

Tenemos la suerte de vivir en un país que está entre los mejores dotados de estos servicios tan vitales para la salud y el desarrollo humano. Es de poreguitas o desinformados quejarse continuamente, o por costumbre, de “la química”, simplemente por desconocimiento de la gran función que esta cumple y ha cumplido desde que el hombre descubrió y empezó a usar el fuego.

A los que hablan de química sin reflexionar demasiado sobre el alcance y la negatividad de sus palabras, les pediría que entiendan que cuando se juntan felices, en familia, sacrificando un pollo, un conejo, y lo mezclan con arroz, garrofón, tomate, etc, después del feliz proceso al que someten a estas viandas al fuego, consiguen un producto químico llamado paella, un producto de primera, tan bueno y tan sano como el agua del grifo, a la que se le ha echado cloro para garantizar que dicha paella pueda ser evacuada sin que una diarrea te pueda costar un serio disgusto. Por suerte, si estos argumentos no te convencen, siempre podrás irte a vivir a Burundi o Angola. Allí estas y otras cosas suelen estar “libres” de química.


Si le ha interesado esta información, puede unirse a nuestro canal de Telegram y recibirá todas las noticias que publicamos para el Camp de Morvedre. Síganos en https://t.me/eleco1986

Lo último de Miguel Álvarez Lozano

Más en esta categoría: « Vasallos Películas »

 

 

SUCESOS

SALUD