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Fernando Cos-Gayón Domínguez

Año de puentes

Viernes, 10 Enero 2020 19:31

Seguramente que al leer el título de este comentario crean que voy a hablar de los puentes laborales de este 2020, pero no es esa mi intención. Hoy lo que quiero es hablar de hacer puentes y sobre todo “hacer de puente”. Es el regalo que he pedido este año a los Reyes Magos: que me ayuden a hacer de puente, porque sé de antemano que es tarea muy difícil, aunque muy hermosa. Ser puente es alguien que se debe a las dos orillas, pero sin pertenecer a ninguna de ellas. Es mediador y transportador de orilla a orilla salvando así las zanjas y barreras con las que cada día, y cada vez más a menudo, nos encontramos.

Para ello sin ser orilla sí que debemos tender un puente bien asentado y firmemente apoyado en cada una de ellas, sabedores de que debemos tener la resistencia y aguante suficiente para soportar el peso de todos los que pasen. ¡Ah y sin esperar recompensa alguna!, simplemente se valdrán de nosotros para cruzar al otro lado y asentarse allí. A partir de entonces nuestra mediación habrá terminado.

En comunicación se usa mucho la palabra feedback o en castellano retroalimentación, algo absolutamente necesario para un orador o emisor de mensajes. Nunca podremos llegar a los demás, ser oídos con atención, si no conseguimos que escuchen atentamente lo que queremos decir y nosotros tengamos asimismo su respuesta. Ese es el secreto: que sepamos tender puentes de ida y vuelta.

De antemano nos vamos a encontrar con la gran dificultad que existe en nuestra sociedad: nadie escuchamos. Oímos sí, porque para oír sólo hace falta no estar sordo, pero para escuchar hacen falta muchas cosas: abrirnos a los demás para que puedan entrar en nosotros por medio de lo que nos quieren decir, ponernos en su misma longitud de onda, olvidarnos de nosotros mismos y de nuestros pensamientos para preocuparnos por quienes quieren comunicarse con nosotros. Es frecuente ver cómo hay quien mientras oye lo que le están diciendo está preparando la contestación que va a dar, sin prestar la debida atención a lo que le dicen.

A pesar de todo, voy a intentarlo. Insisto en mi idea de ser puente, quiero hacer una lista de la gente que me necesita para tenderles mi puente de mediación para este año 2020. Y voy a empezar por mí mismo, es necesario tender un puente con mi propia alma a la que tengo a menudo incomunicada en mi interior, pero sobre todo también un puente de respeto y aceptación hacia los demás, hacia personas de diferentes ideas, edades y criterios. Así pues, a partir de ahora espero poder ser puente de mucho tránsito.


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