El alcalde de Madrid que se presentó a las elecciones con la promesa de revertir las medidas contra el cambio climático del anterior gobierno, estos días se pasea con orgullo por los pabellones de la Cumbre contra el Cambio Climático COP 25. Esta es una parte fundamental e irremediable del evento: el postureo. Dirigentes que no sólo no hacen nada contra el cambio climático, sino que toman medidas que lo agravan, aparecerán estos días por Madrid para hacerse un greenwashing. Un “lavado verde” de imagen y de conciencia. Igual que muchas empresas que estos días se esfuerzan por comunicar su compromiso con el medioambiente, como Endesa, que se compró las portadas de las principales cabeceras de la prensa del país para afirmar que plantea soluciones sobre emisiones de CO2 mientras que sigue siendo la primera empresa contaminadora del aire en España. Mientras los payasos siguen en su circo, no hay que obviar que existen personas y colectivos que sí que aprovechan el encuentro como una oportunidad para hacer una reflexión conjunta sobre el cambio climático y aportar soluciones.

La responsabilidad individual que tenemos en la lucha contra el cambio climático no la podemos abandonar, pero frenar la emergencia climática exige mucho más que reciclar en casa o utilizar el transporte público, requiere repensar el sistema y democratizar la economía para que esté al servicio de la sociedad civil. El actual sistema no hace más que acelerar el cambio climático y el descontrol de la economía es una clave fundamental para entender lo que está pasando con el clima y que afecta a todas los Estados de la Tierra. Es urgente iniciar una transición verde en todo el mundo que empiece por respetar los acuerdos internacionales y hacer que se cumpla la legislación vigente en materia de contaminación. Éste camino, además, se puede hacer creando de paso empleo cualificado, estable y de calidad. Las empresas serán un actor fundamental en la transición ecológica y para eso se necesita cumplir en I+D+I; que avanzar en ecologismo supone destruir empleo es una falacia malintencionada para justificar el inmovilismo. Hay que cambiar los planteamientos, interiorizar por parte de todos los actores que la lucha contra el cambio climático es fundamental para garantizar la supervivencia de nuestra especie y nuestro planeta. Los fenómenos meteorológicos extremos que, de hecho, ya provocan que existan miles de migrantes climáticos y muertos cada año, afectarán a la vida de todos y todas.

Por lo que respecta a nuestro municipio, es un referente por su actividad industrial —y eso es todo un orgullo— pero, sin embargo, también tenemos capitalidad en contaminación, y es que aquí tienen presencia tres empresas que figuran en el ranking de las 10 más contaminantes de España. Ahora tenemos la oportunidad para liderar la transición ecológica y la reconversión de la industria hacia modelos de producción más respetuosos con el medio ambiente, sin destruir el empleo que ya existe y generando nuevos puestos de trabajos relacionados con las energías renovables y otros sectores laterales, como en la innovación, donde hay trabajo estable y con mayor calidad. Además, esta ciudad tiene el potencial de ser mucho más verde y respetuosa con el clima, la ciudadanía está dispuesta pero hace falta mucho más esfuerzo por parte de los poderes públicos. Las políticas sobre movilidad sostenible son más bien tibias, todavía no es posible circular en bicicleta con seguridad, la conexión con València en autobús es cara y de poca calidad y el tren sigue sin llegar a Puerto de Sagunto y el Cercanías que pasa por Sagunto, lo hace frecuentemente con retrasos y a un precio poco competitivo con el coche. Además, faltan espacios verdes que mitiguen los efectos de la industria a la vez que sirvan como lugares de ocio para el disfrute de todos y todas. La apuesta por las energías renovables, una cuestión básica en la transición todavía no es firme. Aunque los expertos indican que es posible frenar el cambio climático, todavía no nos hemos puesto a ello con verdadera determinación, ¿a qué estamos esperando?.