Días atrás se realizó un nuevo e interesante encuentro en La Tenda de Tot el Món, en el Pasaje Moliner, tienda que, como todo el mundo sabe, se dedica al Comercio Justo. En esta ocasión dicho encuentro fue con mujeres palestinas, componentes de distintas cooperativas campesinas en la zona de Cisjordania. La cuestión palestina es de las que más atraen la atención de las personas que se sienten solidarias e internacionalistas. Estas mujeres contaron sus experiencias como productoras, cada una según sus circunstancias, contestando después las preguntas de una interesada concurrencia que tenía que hacer esfuerzos para entender cómo es posible vivir y trabajar de la forma en que lo hacen, prisioneras en su propia tierra, víctimas de uno de los ejércitos más despiadados y mejor armados del mundo.

La mayoría de ellas pertenecen a pequeñas, pequeñísimas, cooperativas agrícolas y tienen que cultivar sus escasas tierras salvando como pueden todos los problemas que les comporta el no poder ir a trabajar más que los días y a las horas que el ejército israelí se lo permite; con los problemas de regar cuando les dejan, utilizando un agua de la que el Estado de Israel se declara propietario de TODA ella; de que por maniobras, desplazamientos o porque sí, los soldados israelíes les machacan los sembrados o las plantaciones cuando les da la gana, les apetece o les parece.

Contestando a nuestras preguntas supimos que reciben algún mínimo apoyo logístico de la Autoridad Palestina, pero que esta tiene el poder que tiene y no controla carreteras, puertos ni aeropuertos. Informaron a los alucinados presentes de las múltiples trabas y controles impuestos por los israelíes a sus exportaciones, por lo que, según afirmaron, los productos perecederos se les pudren en los contenedores antes de ser embarcados.

La parte positiva o constructiva del encuentro fue que la visita de estas mujeres viene a ser el pistoletazo de salida de una relación comercial con la Tenda en la que ya se pueden encontrar tres productos elaborados por ellas: el conocido cous-cous que, en este caso tiene un sabor especial, diferente al magrebí, los sabrosos dátiles, verdaderas exquisiteces para el paladar y un producto bastante desconocido pero que va a ser revolucionario. Se trata de una curiosa mezcla de hierbas llamada zatar o za´atar que se emplea para sazonar pizzas, pescado, carnes, ensaladas…. Los que ya lo hemos probado podemos asegurar sin temor a equivocarnos que van a gustar mucho. Incluso se pueden mezclar con un poco de aceite y untar el pan, pruébenlo, es un bocado sabroso.

Estos tres nuevos productos ya están a la venta en la Tenda. Cuando compren y saboreen estos productos comprenderán que, por múltiples razones, vale la pena ser solidarios.