El sábado pasado en el Subversives Fest una madre y su hija de unos 7 años me preguntaron por los conciertos que estaban a punto de empezar en el Casal Jove. La madre me explicó que a su hija le encanta el rap y que quería ver a Tesa. Ante tal entusiasmo, le pregunté si, por un casual, de mayor le gustaría ser rapera y me contestó que sí. Qué bonito, pensé, una niña que quiere ser rapera, nos hace mucha falta. Cuando yo era más joven escuchaba a Nach, Violadores del Verso o ZPU. Nunca pensé que igual podría ser rapera porque era una profesión reservada a los hombres. En aquella época estaba la Mala abriéndose camino y poco más. Menos mal que las niñas de ahora tienen a artistas como Tesa, JazzWoman, Pupil•les, IRA, las Machete en Boca o las canciones de la eterna Gata Cattana, entre otras.

Desde el feminismo siempre decimos lo importante que es que las niñas tengan referentes femeninos, así que después de la segunda edición del Subversives Fest ya tengo claro que de mayor quiero tener el poderío de Tesa, la fuerza de Alicia Vatra y la elocuencia de Mississippi. Hay que tener mucho valor para subir a un escenario y exponerse a un público, pero hay que tener el doble de valor cuando eres mujer. Sois la leche, hermanas, porque lo hacéis aunque sabéis que os van a cuestionar por ser mujeres, que van a hablar de vuestra ropa o de vuestro físico y no de vuestras canciones, porque los señoros del mundo de la música os darán mil consejos que no queréis. Y ahí seguís, haciendo vuestro arte y enseñándolo al mundo.

Hay muchas artistas ahí afuera triunfando o con mucha capacidad para hacerlo pero, sin embargo, el porcentaje de mujeres en los carteles de los festivales sigue siendo algo testimonial. En lo que llevamos de 2019 sólo ha habido una media 19,17% de mujeres en los principales festivales que se celebran en el país, según datos del colectivo “Mujeres y música”, que lleva tres años analizando los carteles de los festivales para visibilizar la falta de representación femenina. En su primer estudio de 2017 determinaron que la media fue del 11%, así que está claro algo estamos progresando, aunque de forma mucho más lenta de lo que avanza nuestra sociedad, que pide a gritos igualdad con convocatorias masivas como las del 8M. De ahí que espacios como el Subversives Fest sean tan necesarios para visibilizar que las mujeres también creamos. Pero no nos podemos conformar solo con esto, más allá de los espacios alternativos creados con perspectiva feminista, los festivales comerciales también tienen que apostar por artistas femeninas y superar con creces la pequeña cuota que ahora tienen.

Somos el 50% de la población y queremos sentirnos representadas en los escenarios y consumir festivales en los que las mujeres estén presentes Que tomen buena nota los promotores de conciertos, ¡más mujeres sobre las tablas! Y, por favor, que nadie me diga que una artista no merece estar en un cartel sólo por ser mujeres, que es un argumento más viejuno que las espardeñas. A las mujeres se nos ha negado a lo historia de forma sistemática el acceso a la esfera pública y los escenarios no son ninguna excepción. Es un círculo vicioso en el que a las creadoras no se les da espacio, por tanto, no son conocidas, por tanto, nadie piensa en ellas a la hora de programar y vuelta a empezar. Quien organice un evento debería de reflexionar primero si quiere que sea un evento de este siglo o uno del pasado en el que las mujeres no éramos artistas ni éramos nada, porque estábamos encerradas en casa cuidando a los hijos. Que no, que no somos ninguna cuota, que somos la voz la mitad de la población y tenemos derecho a expresar nuestro sentir en todas partes, también en la música.

Y aquí acaba este tributo “a todas mis musas que luchan”, como cantó Gata Cattana en su mítica canción Lisístrata. Gracias a todas las que creáis, a las que programáis, a las que sois productoras, managers, técnicas de luces y sonido… Gracias por luchar para estar en un sitio que se os a negado pero que os corresponde. Y gracias también a los colectivos de mujeres que cada vez son más y que trabajan duro para visibilizar este problema y ponerle solución. Por supuesto, a toda la gente que ha participado en la organización o apoyado el Subversives, ¡al año que viene más! y que cunda el ejemplo en otros festivales que se celebren por la comarca, algunos ya bastante famosos y que de paridad andan bastante mal.