Inmigración

Viernes, 13 Septiembre 2019 15:23

Se habla mucho últimamente del tema de la inmigración. Lo que ha ocurrido con el Open Arms tiene, quizá, una dosis importante de culpa, y como todos opinamos en las redes sociales de cualquier tema, éste no iba a ser menos. El problema viene de muy atrás, y como siempre ocurre, según la tendencia política de cada uno, inclinamos la balanza de nuestra opinión hacia un lado o hacia el otro.

La inmigración no debería ser un tema político, tendría que ser un tema de conciencia, o un tema de solidaridad, pero seguramente la concienciación de algo y la solidaridad son también asuntos políticos, como tantas cosas que envuelven nuestra cotidianidad y que no queremos afrontar desde el punto de vista adecuado.

Lo primero que hemos de preguntarnos es por qué llegan hasta las costas europeas tantos inmigrantes del África subsahariana. La respuesta parece sencilla: vienen atraídos por la posibilidad de una vida mejor, algo que después comprueban que se trataba sólo de meros cantos de sirenas. Las guerras tribales; la escasez de alimentos y de oportunidades; el hecho de que un tanto por ciento muy elevado del PIB de sus respectivos países esté en manos de monarcas opresores, que a su antojo manejan los destinos de todos sus súbditos; etcétera. Todo esto es la causa de esa afluencia masiva hacia lo que consideramos «nuestros territorios», que no sé por qué los consideramos así, pues cuando nosotros llegamos al nacer ya estaban aquí y cuando nos marchemos seguirán estando ahí.

Algunos se pueden preguntar: ¿no hay ningún país occidental que libere a las gentes de esos países de esos monarcas tiranos, que nadan en la abundancia y la opulencia, mientras la población en general no tiene ni para comer? Sí, EE UU lo ha intentado últimamente con algunos países, para derrocar a sus dictadores, pero nadie se cree que sea una casualidad que esos países tengan en su territorio fuentes energéticas importantes, petróleo, oro u otras riquezas naturales, y que con la excusa de que, por ejemplo, hay armas de destrucción masiva, arrasen un país para después, como ha ocurrido siempre, repartirse el botín. También durante el siglo pasado y el anterior, muchos de los países europeos invadieron, arrasaron y saquearon determinados países africanos para arrebatarles sus tesoros más ocultos, y esos países, precisamente ahora, se rasgan las vestiduras argumentando que esos subsaharianos vienen ahora a delinquir y a robar. No ven, lamentablemente, lo que hicieron allí sus antepasados.

Puede que esté equivocado, pero supongo que la mayoría de los que llegan a nuestras costas vienen con la idea de conseguir un trabajo digno y tener una vida mejor que la que han soportado en sus respectivos países; pero la escasez de trabajo y las necesidades, les empujan hacia trabajos ilegales como el Top manta o hacia la delincuencia. Los que vienen a delinquir ¿habría que expulsarlos? Pues posiblemente esa fuera la medida más oportuna, o más adecuada; como hay que perseguir a los que roban, violan, incumplen las leyes o atentan contra la convivencia pacífica, que habría que encarcelarlos e incautarles todos lo robado, saqueado, malversado o desvalijado —y aquí incluyo en primer término a los políticos, que deberían dar ejemplo y no lo dan.

Se dice que los españoles desde la década de 1950 en adelante también tuvimos que emigrar a Francia, Alemania u otros países, pero se dice que nosotros íbamos a trabajar y no a otra cosa. Es cierto. Eso nadie lo duda; pero como he apuntado antes, supongo que una mayoría de los que vienen ahora, vienen con la misma idea. Lo que ocurre es que el trabajo ahora escasea hasta para nosotros, y las necesidades primarias todos las hemos de cubrir; y esa deficiencia es la que arrastra a muchos hacia la violencia o hacia la delincuencia.

No sé si todo esto es poner el dedo en la llaga de los que están a favor de que se rescate a los inmigrantes o de los que están a favor de que se les abandone a su suerte, porque piensan que no podemos darle cabida a tanta gente indigente y con malos principios, que sólo vienen a aprovecharse de nuestras ayudas económicas. Muchos de los que piensan como estos últimos tienen, o dicen tener, unos sólidos principios cristianos. A éstos y a los que opinan como ellos, les remito a lo que dijo Jesús de Nazaret en el Sermón de la montaña (Mateo, capítulo 5 y Lucas, capítulo 6), sobre todo lo relacionado con los misericordiosos y los que trabajan por la paz. Sería interesante que repasaran sus creencias.


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