Volver

Viernes, 13 Septiembre 2019 15:26

Puede que tuviera un incipiente interés por la comunicación o puede que la redacción de El Económico fuera una especie de parque de atracciones lleno de diversiones para una niña. Internet a una gran velocidad -o al menos yo así lo recuerdo- cuando ni yo, ni la gran mayoría de la población tenía Internet en casa. Ordenadores Mac que me parecían extraídos de una película de ciencia ficción. Interesantes personajes como Lamberto, que me entretenía con sus garabatos y me enseñó a hacer caricaturas, o Isaac Hernández, la persona de este pueblo que más sabe de películas, series y música (no tengo pruebas pero tampoco dudas). También andaban por allí Ana Mellado o Fernando Cos-Gayón, que supongo que cuando iba por allí ellos se divertían conmigo tanto como yo. Hoy vuelvo a estas páginas, empezando este nuevo reto, preocupada por ser capaz de escribir algo interesante cada quince días y agradecida con Nacho, Antonio y el equipo actual de El Económico por haberme dado este espacio para contar cosas.

Menos mal que no soy nueva por aquí, como comentaba, de pequeña me encantaba ir a la redacción y con 6 años me lancé a escribir mi primera columna en El Económico. En mi debut en el mundo de la opinión pedía poco menos que la paz mundial, ¡cuánta ternura y risa me provoca ahora leer esas palabras! Está claro que ya estaba desarrollado un incipiente interés y sensibilidad por la justicia social. En aquel texto también comentaba alguna cosa de índole local y pedía cosas como que el Ayuntamiento arreglara los jardines de la Gerencia para poder jugar y pasear con la bici por allí. ¡Hace 20 años! Y la cosa sigue prácticamente igual. También explicaba que me angustiaba tener que ir a mi colegio por en medio de un descampado saltando cacas de perro, eso por suerte lo solucionó la burbuja urbanística y ya nunca más hubo descampado entre la Calle Maestrat y el CEIP Victoria y Joaquín Rodrigo. Aunque lo de saltar excrementos tampoco me he librado del todo con el paso del tiempo, sigue siendo deporte municipal oficial gracias a la falta de civismo de unos pocos.

Ahora empiezo una nueva etapa en la que hablaré y opinaré de todo lo que se me ocurra con el mejor criterio posible. Cada quince días ustedes tendrán un mensaje mío sin leer que me encantaría que, al menos, abrieran. Unas veces estaremos de acuerdo y otras no, pero espero que de alguna forma se entretengan y reflexionen conmigo. Aunque yo tengo este espacio para decir lo que quiera y eso parece “incontestable”, me gustaría que ustedes me contestaran siempre que quieran mediante mis redes sociales, que como buena millennial que soy, tengo perfil en todas. Estaré encantada de escuchar opiniones y sugerencias para retomar mi humilde trayectoria como opinadora de la mejor forma posible.

Por cierto, no intentaré ser la mejor columnista que ha tenido El Económico, porque el mejor columnista que ha escrito en estas páginas es Eduardo Alberola. Aunque ustedes discrepen conmigo y consideren que ha habido o hay mejores plumas en estas páginas, me van a permitir que lo diga porque soy una hija orgullosa que adora a su padre. También le tengo que hacer un poco la pelota para que no esté disgustado porque él hubiera querido que estudiara Derecho pero acabé en la vía de las Ciencias de la Comunicación. Está claro que fue su culpa por llevarme tanto a la redacción de El Económico.

¡Hasta la próxima!


Si le ha interesado esta información, puede unirse a nuestro canal de Telegram y recibirá todas las noticias que publicamos para el Camp de Morvedre. Síganos en https://t.me/eleco1986

Modificado por última vez en Sábado, 14 Septiembre 2019 11:32
Más en esta categoría: Un tributo a mis musas que luchan »

 

 

SUCESOS

SALUD