Es pronto para exigirle nada al nuevo Ayto. Empiezan el curso. Apenas han pasado los cien días mínimos de “tregua” exigibles en la tradición democrática. A mí, personalmente esos días me parecen pocos, por ello no pretendo realizar crítica alguna pero sí dejar constancia de temas pendientes, breves apuntes acerca de lo que se espera de esta nueva corporación.

Por ejemplo: recordarle al nuevo alcalde que el reloj del Puerto hace años que está parado, que su símbolo, el que hay en el paseo marítimo, ahí está sin que nadie le dé “cuerda”; que la concreción de esta sencilla metáfora sería que, de una vez, se resolviesen temas enquistados y paralizados in aeternum como la Nave de Talleres, el Museo Industrial, el “nuevo” Pabellón Deportivo….

Estos temas se hacen importantes (y vergonzosos) porque tenían que estar resueltos desde hace ya treinta años. Pero, al menos a mí, con resolver estos no se me taparía la boca, no tengo vocación de ser pobre hasta para pedir. Por ejemplo: me parece increíble e intolerable que aún no exista un plan de integración de la Gerencia en el pueblo. Un plan, por supuesto por etapas, con el consiguiente proyecto y estudio presupuestario; un plan consensuado, donde todo el mundo conozca los objetivos, a donde se va y por qué.

Conozco la excusa: en este pueblo no hay modo de consensuar nada. No me vale: nadie de los que han gobernado hasta ahora ha tenido ni demostrado la voluntad de hacer nada. La prueba es que ninguno ha acometido lo que nadie puede rechazar: la infraestructura necesaria para la puesta en marcha de cualquier proyecto posible, la cual pasa por realizar la red imprescindible de alcantarillado, agua potable, electricidad, gas, cable, etc.

Sin resolver ese tema no hay nada que hacer ni proyecto posible. Sr, Alcalde: yo no pido la luna. Estoy acostumbrado a tener muchíiiisima paciencia con las cosas de mi pueblo, pero me sentiría muy feliz si al final de su legislatura dichas infraestructuras estuviesen realizadas… solo eso. Y me pegaría con un canto en los dientes si, además, hubiese sido usted capaz de llegar con las demás fuerzas políticas a un mínimo consenso para acometer algún proyecto de uso de alguno de los muchos chalets y locales pendientes de aprovechar. Ya le digo, no es pedir la luna, es solicitarle que no nos ningunee como hasta hoy han hecho sus predecesores. Simplemente eso.

Como es lógico hay otros muchos temas para resolver. Con el ánimo de colaborar le recuerdo simplemente uno más: a toda la ciudadanía nos gustaría estar incluidos en las fiestas del pueblo, no solo a los católicos. Las Fiestas Patronales no son inclusivas, las Fiestas Populares sí. ¿Ayuntamiento Laico sí… o no?