Hierro y acero

Domingo, 04 Agosto 2019 11:58

Después de unos meses de hospitalización y tres de convalecencia reforzada con vitamina B12 y hierro Fe2+, ya me encuentro en plena forma y ya estoy desde hace un par de meses en el campo de batalla del “Face”, contra el bolcheviquismo y la masonería “NeoNazi-onalista. Una piedra de riñón en el izquierdo de seis milímetros y otra en el derecho de 12 milímetros fueron las causantes de este frenazo de mi gloriosa actividad internacionalista entre ese barullo de grillos que es “La Red”.

Pues eso de las piedras riñoneras, conjuntado con derrame intestinal severo, es lo que me ha tenido fuera de combate y alicaído, pero no alicatado. Toda esta odisea se ha solucionado con rayos láser y transfusiones de sangre “facha” (lo que me faltaba), pero es la que había. En esos momentos cruciales de la vida se suele pedir la Extremaunción, que consiste en ungir con aceite de oliva virgen y bendito, a quien está próximo a la muerte. Esto lo piden incluso ateos militantes y militares...acojonados y arrepentidos en dar por el culo a vecinos,fieles y seglares. Yo, en cambio, me encomendé a Lenin, Marx y Stalin y entoné la Internacional Comunista. Pedí sangre de verdadera izquierda internacionalista y me dijeron que hacia años que no había, desde la Caída del Muro, según me dijeron.

Así que más de 8 bolsas o raciones de sangre “fascistoide” me endiñaron por vía con brazo derecho y en alto… por supuesto sangre bendecida por La Generalitat. Diez días me mantuvieron con dos vías en el brazo izquierdo y tres en el derecho, y sin posibilidad revolverme, solo podía levantar el brazo izquierdo y puño cerrado o el brazo derecho y mano abierta, decía la enfermera que para que circulase bien los sueros y la sangre. También me dijo la enfermera que esto de carecer de verdadera sangre de izquierdas, esa de toda la vida internacionalista, era casi imposible de obtener y que se empeoró desde que La Generalitat Nazi.onalista había ocupado el Hospital de La Ribera. La sangre de verdadera izquierda internacionalista y solidaria era muy escasa, la que entraba estaba muy contaminada de “Facherio” “Nazionalista” y antifranquista.

¡Joder, como está la sangre!

Lo de que me faltase hierro, me resultó extraño siendo que me he criado bajo montañas de polvo de Goetita y Hematita, y si le añadimos los Altos Hornos de Arrabio y los Hornos convertidores de Acero Bessemer, Eléctrico y LD, el contenido de hierro en sangre debería ser eterno, pues fue que no. La explicación me la dio un viejo doctor que fue cocinero antes que fraile. Tras los análisis de sangre de rigor y al uso, en estos casos de tanta perdida de sangre, es que las perdidas de sangre tan fuertes no las puede compensar el cuerpo a través de las comidas, ya que de por sí, las comidas son muy flojitas en carnes en los hospitales públicos. Y también me dijo el doctor, que mi exposición al mineral de hierro no tiene ventajas para la salud ni desventajas, y además que el mineral no es hierro, sino óxido de hierro que no es lo mismo. Tampoco el arrabio me aportaba nada, aunque aliñase las ensaladas con polvo de arrabio de la escollera del Puerto Viejo, ya que no es el hierro que necesita la sangre y si un conglomerado de mierda ferrosa a falta de depurar o convertirse en aceros; y sobre mi insistencia de que también fabricábamos aceros en AHV… pues me suelta el viejo galeno que tampoco el acero era hierro…

¡Oye! Una lección de metalurgia de “un par de cojones”.

La verdad es que, de todo lo que me dijo, ya tenía conocimientos, (no del hierro hemo) pero si de los aceros obtenidos en los convertidores Bessemer, Eléctrico y LD, con los que en AHV conseguían la pureza hibrida de los aceros. Los conocimientos sobre los aceros en Puerto de Sagunto fue un gran “Valor Añadido” concepto que se emplea hoy por doquier… pero que en enormes cantidades no sabemos de lo que hablamos; pues, igual ya nos ocurre con los aceros, que son muy variados y de muchísimas mezclas y cualidades, para muchos porteños ya les da igual hierro que acero; que hierro solo hay uno el “Fe”, muy necesario para la vida. El hierro puro, con un 99,5 % de Fe, tiene muy poco uso industrial, se utiliza en laboratorios y en como material con cualidades magnéticas en la electricidad y electrónica. De forma usual e incorrecto, se llama hierro al arrabio, al hierro fundido y al hierro de forja. Esto nos lo explicaba el jefe del Laboratorio en sus clases de química, en La Escuela de Aprendices en La Alameda en 1958.

Pues lo mismo que pasa con el hierro y los aceros, pasa en la política de este incombustible país, que hay alguno que se cree de pureza superior al 99,5%, pero que como el arrabio llevan mucha mierda; y otros que su composición es tan variada e hibrida como los aceros, duros de limar unos, inoxidables, blandos, tenaces y flexibles otros.

Pues nada, amigos del El Económico, que paséis unas felices fiestas y un fresquito agosto.


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Modificado por última vez en Domingo, 04 Agosto 2019 12:02

 

 

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