El pasado15 de junio la ONG local “Manos Amigas” ofrecía la obra de teatro “La Vida es Sueño”, interpretada por el grupo Grita Teatro. Es una obra que a mí me trae muy buenos recuerdos, pues en mis años mozos interpreté, entre otras obras, este drama de Calderón de la Barca del que es muy célebre, y siempre actual, el monólogo de Segismundo, papel que yo representaba.
Por eso, porque es actual, viendo los últimos acontecimientos políticos y concretamente la farsa que nos han venido representando los señores Sánchez e Iglesias, no puedo por menos que evocar este monólogo en el que Segismundo, preso y cargado de cadenas -puestas por su padre para evitar los augurios que le indicaban que su hijo le derrocaría e hundiría el país en un profundo caos-, acordándose de su época más lisonjera recita aquello de “Sueña el rey que es rey y sigue con este engaño mandando, disponiendo y gobernando, y este aplauso que recibe prestado, en el viento escribe…”
Y es que, efectivamente, desde un principio el candidato a la presidencia ha temido que el aplauso, en forma de votos, que le ofrecía Pablo Iglesias y los nacionalistas, era también, como fue en el voto de censura, con contraprestaciones difíciles de cumplir, que le impedirían gobernar. Todo puro teatro, porque Iglesias lo que quiere es dirigir la economía del Gobierno desde Galapagar y Sánchez ante esta exigencia prefiere nuevas elecciones, y conseguir su ilusión de gobernar en solitario desde Moncloa. Teme que reaparezca un antiguo personaje teatral: el apuntador, que, camuflado en una concha, en el centro del borde del escenario, sin que le viera el público, recordaba a los actores el texto que debían decir. Hoy se ha sustituido el apuntador por un “pinganillo”, que llevan los intérpretes en la oreja, por el que se les dicta también lo que deben decir. Y ese iba a ser, precisamente, el papel de Iglesias, el de dictar a su gente, ubicada en ministerios, lo que deben hacer, burlando así la prohibición de Pedro de tener a Iglesias en la Vicepresidencia, dirigiendo un gobierno paralelo, al igual que –estén donde estén- lo harían los dirigentes de los partidos que facilitaban su investidura.
Y ahora, tiempo de espera. Seguirán los sueños partidistas: unos con la independencia y seguir medrando, otros con ministerios de importancia controlando la economía, y Pedro Sánchez con ser Presidente sin condicionantes. Así lo explicaba también Segismundo: “¿qué es la vida?, un frenesí, ¿qué es la vida?, una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.
¡Feliz verano a todos! Y que sus cumplan sus sueños.
